Una nueva diócesis nace en la Ciudad de México: Azcapotzalco

  • Con la erección de esta Iglesia particular, la capital del país se convierte en la Provincia Eclesiástica de México, con la Arquidiócesis de México como metropolitana y Azcapotzalco, Xochimilco e Iztapalapa como sufragáneas
  • La nueva diócesis tiene tres realidades por atender: pueblos originarios, zonas industriales y comerciales, y un asentamiento urbano complicado, Cuautepec

Con la erección canónica, esta semana, de tres nuevas diócesis desmembradas del territorio de la Arquidiócesis Primada de México, la capital del país ha quedado dividida en cuatro Iglesias particulares, que conforman la nueva Provincia Eclesiástica de México.

El lunes 4 de noviembre quedó constituida oficialmente la Diócesis de Iztapalapa; a cargo de Jesús Antonio Lerma Nolasco; el  martes la Diócesis de Xochimilco, con el obispo Andrés Vargas Peña al frente, y este jueves tocó el turno a la Diócesis de Azcapotzalco, que será gobernada pastoralmente por Adolfo Miguel Castaño Fonseca.

Con la creación de la Iglesia particular de Azcapotzalco, ha concluido un largo proceso que inició en la Arquidiócesis de México el cardenal Ernesto Corripio Ahumada (1919-2008), continuó el cardenal Norberto Rivera Carrera, y concretó el cardenal Carlos Aguiar Retes, con la finalidad de reestructurar el territorio de la Ciudad de México para ofrecer una mejor atención pastoral a los fieles.

Guiar la fe del pueblo

Durante la celebración eucarística de este día, presidida por el nuncio apostólico en México, Franco Coppola, y concelebrada por casi 30 obispos, entre ellos los cardenales Aguiar Retes y Rivera Carrera, el nuevo obispo de Azcapotzalco se comprometió a guiar en la verdadera fe al Pueblo de Dios que se le ha confiado, e hizo el tradicional juramento de fidelidad al Santo Padre; posteriormente el presbiterio renovó sus promesas sacerdotales.

La Diócesis de Azcapotzalco inicia con 99 sacerdotes distribuidos en 60 parroquias, y su territorio –de poco más de 80 kilómetros cuadrados y un millón de habitantes– comprende toda la alcaldía del mismo nombre y una parte de la alcaldía Gustavo A. Madero.

De acuerdo con Castaño Fonseca, la Iglesia que le ha tocado gobernar cuenta con tres realidades muy marcadas que deben ser atendidas pastoralmente. La primera de ellas son los pueblos originarios, con sus tradiciones particulares; la segunda las zonas industriales y comerciales, las cuales han ido ganando espacio, y finalmente la zona de Cuautepec, un asentamiento urbano que se caracteriza por la pobreza y la inseguridad, y que para el nuevo pastor, constituye el mayor de los retos.

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