En Chile, se extiende y profundiza la crisis

  • Varias ciudades son escenario de multitudinarias y agresivas manifestaciones que han logrado desestabilizar el país
  • La Orden Franciscana difunde una declaración en la que apunta al malestar y las demandas detrás de estos hechos

Manifestaciones en Santiago por el incremento del precio del billete del metro

Hasta el viernes, las manifestaciones estaban circunscritas a Santiago. Ya en la tarde de ese día comenzaron a reproducirse en varias ciudades de regiones que fueron aumentando en cantidad y en virulencia, durante el sábado. Decretado el Estado de Emergencia para Santiago, se replicó en otras ciudades. Para la capital además, la jefatura militar determinó toque de queda que no impidió continuaran los desmanes, robos y asaltos a comercios que, en algunos casos, provocaron incendios.

El saldo al amanecer del domingo era: 4 personas muertas, decenas de heridos y más de mil detenidos.

Escuchar el clamor de los pobres

Las autoridades de gobierno ponen en estos hechos su mirada y acusan de delincuentes a las ‘hordas’ que se manifiestan. Hay hechos de violencia que ocurren. Sin embargo, son muchos miles los manifestantes que el domingo han continuado reuniéndose en plazas, calles, de muchas ciudades para expresar con cantos y gritos su rabia.

Los obispos de Chile indicaron, en una declaración pública, la necesidad de mirar las causas tras estas manifestaciones. Hoy lo reitera la Orden Franciscana: “rechazamos todos los actos de violencia y destrucción de la que estamos siendo testigos e invitamos a fijar la mirada y atención en las demandas existentes detrás de estos mismos actos”, expresan en una declaración difundida hoy domingo. Agregan: “Invitamos también a todos los sectores de la sociedad a estar a la altura que el momento histórico mismo exige, para realizar con la generosidad de todos, un compromiso real de diálogo para alcanzar la justicia y la paz que tanto necesitamos, para saber escuchar el clamor de los pobres”.

Los franciscanos apuntan que “no es extraño que sean los jóvenes quienes han despertado con una respuesta indignada contra tanta injusticia. Son los hijos que han crecido viendo a sus padres haciendo lo imposible para darles educación, con la esperanza de un futuro mejor. Son los jóvenes y adultos que piensan que no tienen nada que perder y que aún creen que se puede soñar con cambios profundos; son los que han quitado el velo de tanta mentira a sus mayores, y que han dicho: “basta” a esperar siempre un futuro mejor que nunca llega y que, por el contrario, siempre se ve más lejos”.

Presencia militar sobrepasada

Cada vez son más los políticos y dirigentes empresariales que expresan sus quejas por la ineptitud de las autoridades del gobierno para afrontar esta crisis. A esto se suma que la presencia militar, con estado de emergencia y toque de queda, no amilana a los manifestantes. Así ocurrió en una plaza del sector alto de Santiago donde unas 20 mil personas se mantuvieron reunidas toda la tarde y a la hora que se inició el toque de queda entonaron la canción nacional y se mantuvieron allí desafiando a la autoridad militar. Lo mismo se repite en muchos sectores de Santiago y otras ciudades.

La declaración de los franciscanos agrega: “en estos días se ha escuchado a muchos, entre ellos al Gobierno, decir que los manifestantes son delincuentes, vándalos, anarquistas; pensamos que tales expresiones responden a una mirada muy superficial, prejuiciada, y que no posibilita un análisis profundo para descubrir, reconocer y buscar soluciones a los problemas reales y de fondo que vive la mayoría de la población chilena. ¿Qué nos ha pasado?”. Concluyen: “tales injusticias sociales son gritos, clamores que suben hasta el cielo (cf. Ex 3,7), son dolores de millones de hermanas y hermanos nuestros, amenazados en su dignidad y futuro, que imploran ser escuchados”.

Noticias relacionadas
Compartir