El histórico Pacto de las Catacumbas se renovará este domingo… con acento amazónico

  • Exclusiva Vida Nueva: algunos padres sinodales actualizarán el histórico documento del Concilio en el contexto del compromiso con la ecología integral
  • El obispo emérito de Xingú, Erwin Kräutler, encabezará este texto que reafirmará la opción por los pobres y “a favor de la Casa común”

Catacumbas de Domitila

Según ha podido confirmar Vida Nueva, el próximo domingo a primera hora de la mañana, algunos obispos participantes en el Sínodo Panamazónico renovarán y actualizarán el Pacto de las Catacumbas firmado hace 54 años. Retomando el espíritu de aquel 15 de noviembre de 1965, el 20 de octubre de 2019 reforzarán la opción preferencial para los pobres, pero en esta ocasión poniéndoles rostro indígena.

Fuentes participantes en la elaboración del texto,  han asegurado a esta revista que el nuevo documento retomara el compromiso aquellos pastores que vivieron en primera persona el Vaticano II para aterrizarlo “en el contexto del compromiso con la ecología integral y los pueblos indígenas”. Se busca que sea este un acto privado con un grupo reducido de asistentes. De la misma manera, no se trata de un acto organizado por la Santa Sede ni por los promotores del Sínodo, sino que nace de manera informal por parte de un grupo de obispos.

Un prelado pionero

Al frente de este Pacto de las Catacumbas “a favor de la Casa común” estará Erwin Kräutler, obispo emérito de la prelatura brasileña de Xingú, uno de los prelados más comprometidos con la defensa de los pueblos originarios lo que le ha llevado a vivir amenazado por grupos paramilitares y terratenientes.

Ya en la eucaristía de apertura del Sínodo Panamazónico, el papa Francisco solicitó a los participantes que actuaran con “prudencia audaz”. Y los padres sinodales están correspondiendo, tanto con su diálogo abierto en la asamblea y en los grupos de trabajo, como en otras tantas iniciativas.

Verdadero servicio

Sin embargo, esta nueva versión del Pacto de las Catacumbas podría suponer salto cualitativo en la medida en la que pondrá al día los trece puntos de entonces, con el mismo convencimiento de comprender la acción pastoral como un “verdadero servicio”.

Daremos todo lo que sea necesario de nuestro tiempo, reflexión, corazón, medios, etc. al servicio apostólico y pastoral de las personas y grupos trabajadores y económicamente débiles y subdesarrollados”, recogía entre otros aspectos el texto de 1965, en el que ya se apostaba por la sinodalidad eclesial en términos de “colegialidad”, así como una mayor corresponsabilidad con religiosos y laicos. Además se instaba a los obispos a abandonar todo privilegio y clericalismo, una de las principales demandas del Papa Francisco.

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