‘Trabajamos por Aragón’: las diócesis aragonesas toman marquesinas y autobuses para visibilizar su labor

  • Bajo el lema ‘De Aragón al cielo’, la Iglesia recuerda que busca “construir una sociedad más justa y solidaria”
  • Amparo, Juan, Ana, Rosa, Nacho y Silvia son los protagonistas de la campaña por su entrega diaria

Trabajamos por Aragón

“Aunque no nos veas, estamos ahí”. Bajo esta premisa, la Iglesia en Aragón quiere visibilizar su labor. Por  ello, ha creado la campaña ‘Trabajamos por Aragón’, que pretende mostrar el servicio que prestan las seis diócesis –Teruel y Albarracín, Barbastro-Monzón, Jaca, Huesca, Tarazona y Zaragoza– a la sociedad aragonesa los 365 días del año. Y lo hacen con un lema muy castizo: ‘De Aragón al cielo’.

“Estamos ante una institución clave para la vertebración del territorio, que partiendo del Evangelio, construye un Aragón más justo y solidario, más humano”, explica la Oficina de Información de las Diócesis de Aragón en un comunicado. Sin embargo, “a la Iglesia católica le sucede como a los aviones, que solo son noticia cuando caen. Por encima de las polémicas, sobresale una institución al servicio de las personas y del bien común. Laicos, religiosas, sacerdotes… Miles de creyentes se entregan cada día en Aragón para mejorar la vida de los demás sin esperar nada a cambio. Fuera de los focos, tanto en la acción como en la contemplación, con la esperanza de construir una sociedad más humana y fraterna”, reconocen.

La Iglesia en Aragón ha creado la página web con las historias de Amparo, Juan, Ana, Rosa, Nacho y Silvia, que son solo seis ejemplos de “cómo ser Luz en medio del mundo”. Ellos son los protagonistas de la campaña que copará marquesinas y autobuses, amén de 50.000 dípticos que se repartirán por toda la región.

Seis testimonios

La Hija de la Caridad Amparo Ripoll, por ejemplo, trabaja en Teruel como enfermera del programa ‘Chatillón’, que presta atención humanitaria a mujeres inmigrantes en situación de vulnerabilidad. Mientras, Ana Gota, directora de la Casa Familiar de la Fundación Blanca de Huesca, atiende a personas personas que tienen un alto grado de dependencia o que, por su situación de vulnerabilidad, no tienen domicilio.

Por otro lado, la web ‘Trabajamos por Aragón’ ofrece también el testimonio de Rosa María Jiménez, una ama de casa que desde 1988 es voluntaria del centro Fogaral en Zaragoza, que acompaña a mujeres en situación de prostitución. Por su parte Ignacio Hernández es un párroco rural que atiende 12 pueblos en Albarracín. En tres de ellos no vive nadie. En el resto, unas 30 personas. Por eso, su visita es la más esperada cada semana…

Otro de los testimonios hasta ahora anónimos es el de Juan San Martín, que acude todos los días a la basílica del Pilar para poner música a la misa, pues es el organista titular. El último rostro es el de Silvia Peropadre. Su hija se apuntó a la cofradía de los Escolapios y consiguió convencer al resto de la familia. Hoy ella es presidenta de la Junta Coordinadora de Cofradías de la Semana Santa de Barbastro, declarada en 2016 Fiesta de Interés Turístico Nacional. Eso sí, su trabajo no se limita a la Semana Santa, ya que los cofrades realizan su labor social a lo largo de todo el año.

La campaña “humaniza los números de una institución que, solo en Zaragoza, presta al año más de 460.000 servicios para mitigar la pobreza y pone a disposición de la sociedad decenas de centros que atienden a mujeres víctimas de violencia, promueven el trabajo, rehabilitan a drogodependientes, asisten a inmigrantes, personas mayores, enfermas y discapacitadas, guarderías infantiles, consultorios familiares, etc”, explican.

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