El obispo brasileño Wilmar Santin advierte en el Sínodo para la Amazonía que no hay que “demonizar a los indígenas”

rueda de prensa sinodo

Durante la rueda de prensa celebrada hoy, 10 de octubre, para informar sobre los avances del Sínodo sobre la Amazonía, los medios han puesto sobre la mesa la cuestión de “algunos informes que avisan de que algunos pueblos indígenas han practicado o practican el infanticidio o el canibalismo”. Ante esta pregunta, el obispo brasileño Wilmar Santin, prelado de Itaituba, ha respondido con un tajante “¿y qué pasa con los abortos en los países civilizados?”.

Santin ha explicado que, si bien estas prácticas se llevaron a cabo “alguna vez” entre los pueblos indígenas de la Amazonía, se han erradicado por completo “a través del trabajo de los misioneros” y, en particular, gracias a la labor de “las religiosas”. En relación a esto, el prelado destacó que “no podemos sacrilizar y demonizar cada matiz de la cultura indígena”. Una actitud que se está llevando a cabo según el obispo, sobre todo, en “grupos pentecostales, que están ganando terreno y se están volviendo muy agresivos con la cultura de los pueblos indígenas”.

“Algunos, incluso, han llegado a prohibirles hablar sus propios idiomas, diciéndoles que proviene del diablo”, ha añadido Santin. Sin embargo, la creciente presencia evangélica en la Amazonía es cada vez más palpable, algo que, para el obispo, la Iglesia debe reconocer y hacer frente. “Tenemos que cambiar, no para competir con otros, sino para cumplir nuestra misión”, subrayó, ya que un católico en la Amazonía “para escuchar la palabra de Dios, tiene que ir a una iglesia evangélica”.

El papel de la mujer

Para el obispo brasileño, el principal problema de la presencia católica en el territorio amazónico es, precisamente, que “todo está demasiado centralizado en la figura del sacerdote”. Por eso, ha recalcado la necesidad de “buscar nuevos caminos, nuevas estrategias, porque la realidad es nueva, los desafíos son diferentes a los que teníamos hace 10 años”. “Tenemos que cambiar las cosas para que no todo dependa del sacerdote, porque si no, no estamos cumpliendo nuestra misión, la de proclamar la Palabra de Dios”, ha apostillado.

En cuanto a la cuestión de la mujer en la Iglesia, la hermana Gloria Franco Echevarri, presidenta de la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR), ha apuntado que no se trata tanto de “una cuestión de poder, sino de comenzar desde el servicio, del donarse a uno mismo”. “Solo desde esta perspectiva”, ha explicado, “podremos reconocer y valorar el papel esencial de las mujeres en la Iglesia como teólogas, catequistas y animadoras”.

Sin embargo, Franco Echevarri no ha dado su opinión acerca de la posibilidad de nombrar diaconisas. “La Iglesia también tiene un rostro femenino, es mujer, es maestra”, ha señalado. “Pero en este hoy del mundo y de la Iglesia”, ha continuado, “las mujeres somos, fundamentalmente, hermanas y discípulas”, si bien la religiosa considera que “Dios continuará alentando a la Iglesia hoy y en el futuro, en este proceso de discernimiento que continúa abriendo nuevos caminos, nuevas posibilidades y una mayor sinodalidad”.

Ecología integral

Sobre el tema de la violencia contra las mujeres en la amazonía, Franco Echevarri ha explicado que las formas más generalizadas de violencia son “la trata de personas, muy ligada al tema de la migración y la explotación sexual de las mujeres, la violencia doméstica, por ejemplo vinculada al alcoholismo; y la denegación de derechos, como la posibilidad de estudiar y acceder a una asistencia sanitaria eficiente”.

Por su parte, Medardo de Jesús Henao del Río, vicario apostólico de Mitú, ha centrado su intervención en la cuestión ecológica. “No se trata solo de plantar árboles o recolectar basura”, sino de actuar “desde la perspectiva de la ecología integral”, ya que “los pueblos indígenas corren el riesgo de desaparecer de la Amazonía, porque las multinacionales los hacen mudarse de sus lugares de origen”.

Además, del Río ha subrayado los engaños a los que las empresas someten a los indígenas que, “a menudo, cuando se inscriben en concesiones mineras, lo hacen sin darse cuenta”. “Los lugares donde viven los pueblos indígenas son lugares sagrados”, ha recalcado. “Hay comunidades enteras que viven en estos ríos, pero los bebés con malformaciones cerebrales nacen porque el agua que bebieron sus madres estaba contaminada”. 

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