Un obispo de Mozambique denuncia el silencio del Gobierno ante los ataques yihadistas

  • Luiz Fernando Lisboa considera que tras los ataques hay “poderes ocultos que pretenden imponer sus propios intereses” en la región
  • “Quiero apelar a todas las personas de buena voluntad en Capo Delgado, porque no nos resignamos a la violencia y nunca nos cansamos de pedir justicia y paz”, ha dicho

“Quiero apelar a todas las personas de buena voluntad en Capo Delgado, porque no nos resignamos a la violencia y nunca nos cansamos de pedir justicia y paz”. Así se ha manifestado Luiz Fernando Lisboa, obispo de la diócesis de Pemba (Mozambique), en una carta dirigida a la agencia Sir, en la que denuncia el silencio de las instituciones ante los continuos ataques de milicias islámicas que desde 2017 asolan la provincia de Cabo Delgado.

Sin embargo, Lisboa considera que existen “poderes ocultos que pretenden imponer sus propios intereses” en la región, rica en recursos naturales como piedras preciosas y madera. Por eso, el prelado considera que las milicias han matado, desde hace año y medio, a cientos de personas, quemado aldeas, iglesias y mezquitas, “sembrando la destrucción allá por donde pasan”. Una situación que, ante la pasividad del Gobierno del país y del total olvido del mundo, el obispo, de origen brasileño, se ha propuesto denunciar.

“Como fantasmas”, apunta Lisboa, “los rebeldes (¿contra quién o qué?), aparecen y desaparecen sin ser vistos, en los momentos más inesperados, dejando solo rastros de desastres. Pero sabemos que los fantasmas no existen”. Como primer paso para acabar con este sufrimiento de la población, el obispo considera que es necesario “desenmascarar a aquellos que se esconden detrás y saber con quién estamos luchando o, mejor, quién nos está aniquilando, para saber cómo defendernos y acabar con el mal que nos oprime”.

Miedo e inseguridad

Lisboa recuerda también en el documento su última visita pastoral al distrito de Palma, donde conoció a cientos de personas desplazadas de sus hogares o que habían sufrido la muerte de sus seres queridos.  “La Iglesia, las instituciones y la comunidad, viven en un clima de miedo e inseguridad”, subraya. Una situación ante la cual se hacen imprescindibles “investigaciones precisas y claras”, porque, se pregunta, es posible que “exista un vínculo entre los ataques y el tráfico de órganos, con el lavado de dinero, el comercio de piedras preciosas o la concesión de tierras para la minería”.

En cuanto a la próxima visita del papa Francisco a Mozambique, el 5 y 6 de septiembre de 2019, como parte de un viaje que incluirá, además, Madagascar y Mauricio, el obispo de Pemba se ha referido al propio lema de la visita: “Sea lo que sea, vivimos por más de un año y medio en una situación en la que es difícil pensar y hablar a la gente de ‘esperanza, paz y reconciliación”.

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