La Iglesia filipina se suma a la conversión ecológica que promueve Laudato si’

Dos niñas tras el paso de un tifón en Filipinas

Crear un programa ecológico en cada diócesis, abandonar el carbón y otros combustibles fósiles o poner en marcha planes de autodeterminación para los pueblos indígenas. Son solo tres medidas del decálogo aprobado por la Iglesia filipina para proteger el medio ambiente en un archipiélago especialmente afectado por el cambio climático.

Reunidos a principios de julio en Manila para su encuentro bianual, los obispos y otros responsables eclesiales del país asiático han asumido el desafío lanzado por el papa Francisco en Laudato si’ y han hecho pública una carta pastoral de ocho páginas titulada ‘Llamamiento urgente para una conversión ecológica, esperanza frente a la urgencia climática’, en la que redoblan su compromiso en defensa del planeta.

Se trata de “puntos esenciales” para que la Iglesia no se mantenga al margen de esta urgente problemática y se haga eco del “grito del corazón” lanzado por la encíclica papal para contribuir a “la preservación de la casa común”, reconoce Edwin Gariguez en declaraciones a ‘La Croix’. El secretario ejecutivo del Secretariado Nacional para la Acción Social, integrado en Cáritas, fue el encargado de presentar las propuestas acordadas al centenar de prelados congregados en la capital, en presencia del religioso de origen irlandés John Leydon, SSC, miembro del Comité Directivo del Movimiento Católico Mundial por el Clima (MCMC).

Paneles solares en diócesis y escuelas católicas

“Se han emprendido muchas acciones”, explica Gariguez, quien detalla cómo no pocas diócesis y escuelas católicas se abastecen ya de energía gracias a paneles solares”. Asimismo, destaca la organización de “programas informativos para dar a conocer Laudato si’ a las comunidades”. Esfuerzos que parecen insuficientes en un país como Filipinas, “muy vulnerable a los fenómenos meteorológicos extremos, pues nuestro medio ambiente está amenazado por el cambio climático y las industrias mineras”, lamenta el secretario ejecutivo para la Acción Social. Y es que, según informes de varios organismos internacionales, este país integrado por más de siete mil islas y con una población que ronda los 105 millones de habitantes figura entre los más expuestos a los efectos del cambio climático, con casi el 70% de los municipios amenazados, especialmente en zonas costeras.

Mientras, el Gobierno de Rodrigo Duterte asume su parte de responsabilidad en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, a través de un plan de acción coordinado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo o con la nueva ley –aprobada el 15 de mayo por la Cámara de Representantes– por la que se obliga a los estudiantes a que planten al menos diez árboles durante sus años de escolarización para que puedan graduarse.

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