Antonio Díaz Tortajada: “Los cristianos rezamos mucho, pero con mucha palabrería”

  • El sacerdote valenciano nos regala sus oraciones para encontrarnos “con la vivencia del vacío del alma”
  • Su nuevo libro quiere ayudar al cristiano de hoy a “sintonizar con el amor que Cristo nos regala”

El sacerdote Antonio Díaz Tortajada

Con el paso de los años, el sacerdote y periodista valenciano Antonio Díaz Tortajada (Castielfabib, 1947) ha ido experimentando la necesidad de la quietud para encontrar a Dios. Pero también que solo su presencia amorosa puede ayudarnos a descubrirla y vivirla plenamente. Animado por este hallazgo, invita a compartir su último libro de espiritualidad –‘Plegarias desde el vacío interior’ (Desclée De Brouwer)– a cuantos sientan en su corazón “el amor de Cristo como un regalo” y deseen comunicarlo.

PREGUNTA.- “Sin la oración estamos perdidos”, dice en el prólogo de su libro. ¿Cuándo lo descubrió?

RESPUESTA.- He vivido muchos años como sacerdote y toda mi vida espiritual “casi” siempre ha sido un monólogo más que un cruce de miradas y de amor. Mis últimos años han sido un vivir sin esa comunicación necesaria que el hombre necesita.

P.- ¿El vacío interior es el mejor escenario para entregarse a la plegaria?

R.- En nuestra vida de fe hay que saber pasar de la racionalización al abandono total. Es fácil “conocer” a Jesús como Maestro o como Sabiduría; pero hace falta encontrarnos con la vivencia del vacío del alma para que la mirada persistente y fascinante nos enamore, y nos llene.

P.- ¿Los cristianos de hoy rezamos poco y mal?

R.- Creo que los cristianos rezamos mucho, pero con mucha “palabrería”, o como el filósofo que aspira a entender o comprender el primero y el último porqué de la voluntad del Señor. Nos sobran palabras más o peores dichas, y nos falta pasar por la criba del enamorado al que nos busca, y mirar con ojos de niño a la persona que amamos y te ama.

Relación de enamorados

P.- ¿Por qué no disfrutamos más rezando? ¿Es un problema de tiempo o de falta de aprendizaje?

R.- Nos falta vivir nuestra relación como enamorados. Esta es la base. Y este cruce de miradas nos facilitará modelarnos según el corazón de Cristo.

P.- La conversión pastoral que propone el papa Francisco, ¿pasa también por orar más?

R.- El año 1975 escuché a san Pablo VI que a la Iglesia le hacen falta orantes: hombres y mujeres que puedan sintonizar con el amor que Cristo nos regala. Hemos de dejarnos amar por Cristo. Es más difícil aceptar el amor de los otros, especialmente el de Cristo que tomar la iniciativa de amar como protagonistas del amor para con los demás. Por esta línea discurre el mensaje del papa Francisco.

P.- Más allá de esa relación de intimidad que se establece entre Dios y el hombre, ¿cuál es el hilo conductor de sus plegarias?

R.- Me he puesto en el corazón de Cristo, y desde allí he contemplado la vida más o menos pobre, dándole gracias por ese amor que nos regala. Nos mira y le miramos.

P.- ¿A quién regalaría su libro?

R.- A aquella persona que sienta en su corazón el amor de Cristo como un regalo y desee comunicarlo en su vida con obras y palabras.

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