La diócesis de Coria-Cáceres se vuelca con la discapacidad

  • La Delegación de Discapacidad pretende ser un un referente para la Iglesia española en cuanto a inclusión
  • “Estas personas también tienen que ocupar su lugar”, dice a Vida Nueva José Luis Hernández

discapacidad coria

José Luis Hernández es el delegado diocesano de la Delegación de Discapacidad de la Diócesis de Coria-Cáceres, todo un referente para la Iglesia española por sus iniciativas cuando apenas tiene año y medio de vida. Y es que Francisco Cerro Chaves, obispo de Coria-Cáceres, la puso en marcha después del XIV Sínodo Diocesano, a finales de febrero de 2018. “Veíamos que había un vacío en nuestras diócesis que afecta al mundo de la discapacidad”, dice Hernández.

“Hace años ya habíamos creado en una parroquia un grupo para personas con discapacidad”, explica. Más adelante, esto llevó a una asociación y, finalmente, a la creación de una Delegación a nivel diocesano que nace con “la vocación y la ilusión de lograr la plena inclusión, la visibilización y la accesibilidad en la Iglesia de las personas con discapacidad y sus familias”. De esta manera, pretenden “seguir las mismas pautas que cualquier organización civil que persigue estas metas, pero atendiendo también a la dimensión espiritual”.

“Entendemos la Iglesia como una madre acogedora que está para difundir el mensaje de Dios a todos sus hijos”, subraya. Una madre que no olvida a ninguno de sus hijos, y mucho menos a los que necesitan tanto. Por eso, “debe ser accesible a todos”. “Las personas con discapacidad también tienen que ocupar un lugar en la Iglesia, pero no solo como receptores de la palabra o de asistencia, no son solo sujetos pacientes, sino también como protagonistas, como agentes activos”, explica Hernández, ya que “las personas con discapacidad también tenemos una misión encomendada por Dios”.

El acceso a la espiritualidad, un derecho

Hernández reclama que “es un derecho básico que estas personas tengan acceso a la espiritualidad, porque es fundamental para su desarrollo integral”, para lo cual considera imprescindible “romper barreras arquitectónicas, piscológicas y cognitivas” haciendo uso de las tecnologías y la formación. “Desde nuestra Delegación queremos llegar a las parroquias, diócesis y arciprestazgos”, subraya, “y sobre todo que se planteen cómo pueden las personas sordas conocer la palabra de Dios o confesarse si no hay sacerdotes preparados para esto”.

Por todo esto, el principal objetivo de la Delegación es “concienciar de que, incluso dentro de la propia Iglesia, existe discriminación”. Para solventarla, llevan a cabo acciones como formar y capacitar a sacerdotes y seminaristas como intérpretes de la lengua de signos, por ejemplo. “Queremos formar a catequistas y agentes pastorales para que impartan catequesis adaptadas”, dice. Además, realizan de manera periódica encuentros, jornadas de convivencia y otras actividades para “escuchar” y conocerse.

“Para nosotros es fundamental la coordinación y colaboración con otras organizaciones, así como mantener el contacto con todas las parroquias”, apostilla, matizando que el objetivo es que, en cada una de ellas, haya un enlace de discapacidad con la Delegación. Además, considera esencial promover el empleo de personas con discapacidad dentro de la propia Iglesia. “Como institución no puede quedarse en rendir cuentas de lo que hace con el dinero”, apunta, ya que “la transparencia también significa acatar las leyes civiles de empleo de personas con discapacidad”.

Distintas iniciativas

En cuanto a las actividades e iniciativas que ya están puestas en marcha en la diócesis, pero que además están dispuestos a implantar en otras, Hernández señala, como ejemplo, que la celebración de la misa crismal ha sido signada. “Estamos creando un vídeo inclusivo y accesible, es decir, si la persona no puede subir a la torre de la catedral, se la bajamos con un vídeo”, indica.

“Vamos a hacer una sala interactiva y espero que de esta iniciativa se hagan eco otras catedrales e iglesias”, añade. En ella se proyectarán los vídeos, para los cuales se han “tomado imágenes de las campanas, de las vistas, de los órganos… para que puedan ver lo que hay por allí”. Para las personas ciegas se han puesto en contacto con la ONCE de Extremadura para que les ayude a desarrollar los medios necesarios para que la persona ciega o sordociega pueda captar el mensaje de esos vídeos, “en braille, por ejemplo”. Además, lo que es seguro es que la imagen tendrá a una persona intérprete de signos.

Por último, han puesto en marcha un programa por el cual se le asigna un cuadro a un pintor en el que se plasma la discapacidad en la Biblia. “Estamos descubriendo que Dios es muy misericordioso con estos límites, quiere estar al lado de la persona”, dice. Se trata de un programa abierto, en el que los pintores aun pueden participar. “Una vez acabados los cuadros, los llevaremos por distintas parroquias para que catequicen con ellos”.

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