Los obispos españoles alertan de los 3 efectos de la transformación digital

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“La red debe ser poblada de nuevas comunidades cristianas con los mismos rasgos de aquellas primeras comunidades que impresionaron y transformaron su tiempo: lugares de comunión y celebración de la palabra, espacios para el aliento y la compañía ante las dificultades, ambientes en los que se organiza y se prepara la misión, como anuncio del verbo de Dios encarnado. Comunidades también que trabajan por llenar de buenas noticias el espacio digital y combatir con gracia y elegancia la cizaña que en ese lugar se puede encontrar. Esas comunidades además crearán los cauces para pasar de lo digital a lo presencial”. De esta manera se expresan los obispos de la Comisión de Medios de Comunicación Social de la Conferencia Episcopal Española, en su mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que se celebrará el próximo 2 de junio, hecho público hoy bajo el título ‘La necesidad de una comunidad de personas’.

Para los prelados, el objetivo de cualquier cristiano en la red debe ser “acercar a las comunidades de la Iglesia presencial a todos los que se acercan a cualquier comunidad eclesial digital y así poder celebrar juntos la eucaristía, la reconciliación y la pertenencia a la Iglesia”.

1. Debilitamiento de las relaciones personales

“Es verdad que las relaciones digitales pueden preceder o prolongar las relaciones personales, las conversaciones cara a cara, pero no las pueden sustituir. Si la persona quiere obtener relaciones personales de calidad, y no se puede olvidar que eso es el amor, siempre será necesario un quien con el que conversar, un quien completo, con una presencia completa, no meramente digital. Los malos entendidos, las incomprensiones, las murmuraciones, las confusiones que se generan en el mundo digital se trasladan con todas sus consecuencias, y con gran facilidad, al mundo de las presencias reales. Es una experiencia común y frecuente. Por ello, se hace necesario someter al test de la relación presencial todas aquellas novedades que se han generado en un entorno digital”.

2. La manipulación de las opciones sociales y el bien común

“La investigación sociológica está demostrando la capacidad que tienen los entornos digitales para modificar las percepciones y las decisiones libres en aquellos contextos en los que son los ciudadanos los que tienen la capacidad de tomar decisiones de largo alcance. Es entonces cuando los intereses particulares y ocultos de unos movilizan los recursos digitales suficientes para transformar las percepciones de quienes tienen que elegir y modificar sus decisiones. La única alternativa consiste en redoblar la formación social de los ciudadanos, haciéndoles conscientes de la responsabilidad que tienen sobre el bien común, no solo con sus opciones y decisiones sobre el gobierno de lo público sino también con sus acciones positivas en favor de los otros. Sin la implicación personal en los proyectos comunes y sin el estudio de las decisiones sobre las cuestiones que se someten a elección, es muy fácil dejarse llevar por la manipulación que medios, instituciones y personas realizan en el ambiente digital”.

3. La dificultad creciente para acceder a la verdad

“El problema no es que el mundo de internet, desde la web hasta las redes sociales, se haya convertido en el espacio de los bulos, las calumnias, las insidias o las falacias; sino que, conviviendo estos con la verdad, el rigor, la objetividad o la exactitud, no existen las herramientas para discernir lo uno de lo otro. Siguiendo el ejemplo bíblico, no es el problema que el trigo crezca junto a la cizaña, pues esto ya avisó el Señor que sería así. El problema es que no hay forma de distinguir lo uno de lo otro y corremos el riesgo de alimentarnos con la mentira o el error. Como una broma, como un divertimento irresponsable, como fruto de intereses personales o colectivos o como consecuencia de predeterminaciones ideológicas, políticas o económicas, la red se ha llenado también de irrealidades que impiden encontrar el bien que uno busca. La verdad se ha hecho, de tan costosa, casi inaccesible. Esto afecta tanto a la verdad pequeña de un dato o un acontecimiento que queremos conocer como a la verdad profunda del ser humano, de su identidad, de su misión o de su proyecto de vida”.

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