La justicia impide desconectar a Vincent Lambert mientras el arzobispo de París reclama una civilización del amor

  • El hombre de 42 años, en estado vegetativo desde hace 10, seguirá siendo tratado en el hospital de Reims
  • El Papa ha pedido en su cuenta de Twitter no ceder a “la cultura de los residuos”

El Tribunal de Apelaciones de París ha dado la razón a los padres de Vincent Lambert, tetrapléjico y en estado vegetativo desde hace 10 años, que pedían que no se detuviera la hidratación y la alimentación artificial que mantiene con vida a su hijo hasta que un comité de Naciones Unidas, al que han apelado, analice la cuestión. Este mismo lunes había comenzado el protocolo por parte del hospital de Reims para poner fin a su vida, por recomendación de los médicos y con el beneplácito de su esposa, que ejerce de tutora legal.

El ya conocido caso Lambert ha vuelto a despertar en Francia, y en Europa, el debate sobre la muerte digna. Los padres de Lambert llevan seis años enfrentados en los tribunales a su nuera y sus propios hijos, quienes quieren que se respete la supuesta voluntad del enfermo.

De este modo, el hospital se ha visto obligado a retirarle la sedación y cumplir, por el momento, con la voluntad de sus padres, quienes critican una “eutanasia encubierta”. Esta ha sido la última intentona por su parte, pues ya habían agotado todas las bazas legales, llegando incluso a obtener la negativa del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Y es que, aunque la eutanasia es ilegal en Francia, la legislación reconoce que los cuidados médicos “no deben prolongarse con una obstinación irrazonable”.

‘¿Nos hemos convertido en mera basura?’

Ante el caso que divide a la opinión pública, el arzobispo de París, Michel Aupetit, ha publicado una carta titulada ‘¿Nos hemos convertido en mera basura?’. En su declaración, el prelado, que es médico, destaca que “hace unos años, el paciente ya fue sometido a una parada de dieta e hidratación a la que sobrevivió sorprendentemente”.

Según sus palabras, Lambert “tiene los ojos abiertos, respira normalmente y está en un estado estable, no en el final de la vida”. Además, niega un encarnizamiento terapéutico, ya que “no es un cuidado curativo de una enfermedad incurable, sino simplemente el cuidado corporal y nutricional básico que también se debe a los ancianos dependientes, hemipléjicos y a los bebés que aún no son independientes”.

Para Aupetit, hoy enfrentamos “una elección muy clara de civilización: o consideramos a los seres humanos como robots funcionales que pueden eliminarse o desecharse cuando ya no se usan para nada; o bien consideramos que la esencia de la humanidad se basa, no en la utilidad de una vida, sino en la calidad de las relaciones entre las personas que revelan el amor”. Y ha aseverado: “Una vez más nos enfrentamos a una elección decisiva: la civilización de los residuos o la civilización del amor”.

Por su parte, el papa Francisco ha pedido a través de su cuenta de Twitter rezar “por cuantos viven en estado de grave enfermedad”. Y ha continuado: “Custodiemos siempre la vida, don de Dios, desde el inicio hasta su fin natural. No cedamos a la cultura del descarte”.

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