Marifran Sánchez, responsable del Departamento de Trata de la Conferencia Episcopal Española, acaba de regresar a Madrid tras clausurarse ayer, jueves 11 de abril, la Conferencia Internacional sobre la Trata de Personas, organizada por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, celebrada en el Vaticano desde el día 8, reuniendo a decenas de expertos en trata de todo el mundo.
En conversación con Vida Nueva, destaca el discurso que ayer les ofreció el Papa, donde lamentó que la trata es “una herida en el cuerpo de la humanidad contemporánea, un profundo flagelo en la humanidad de quienes la padecen y quienes la implementan”.
Impulso de Francisco
Yendo más allá, Sánchez reivindica que “se ha avanzado muchísimo en la Iglesia en el combate contra la trata, sobre todo gracias al impulso personal de Francisco, para el que esta cuestión es vital, junto a la situación de los migrantes y refugiados; una realidad que conoce muy bien de sus tiempos en Argentina y que no duda en calificar de ‘crimen contra la humanidad’”.
A nivel personal, esta laica aprecia que el cambio se ha acelerado en muy pocos años: “En 2015, ya estuve en unas jornadas organizadas por el entonces Pontificio Consejo de Migrantes sobre mujeres y niños en situación de calle. Luego, cada año hemos ido con el Grupo Santa Marta a citas centradas específicamente en la cuestión de la trata. Ahora se ha ido un paso más allá con este encuentro de la Sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio de Servicios para el Desarrollo Humano Integral, participando en su organización, entre otros, colectivos eclesiales como el Grupo Santa Marta”.
Compartir experiencias
“En definitiva –asegura–, lo que se refleja es que estamos extendiendo la red contra la trata dentro de la Iglesia. Y esto es clave, porque el único de modo de hacer frente a este fenómeno es en red, compartiendo todas las herramientas y las experiencias de cada uno. Nos nutrimos respectivamente con lo que vivimos en nuestros países, nos dejamos interpelar por los expertos y representantes de organismos públicos que participan con nosotros en este combate… Aquí nos encontramos con una Iglesia universal que, además, se abre a la sociedad civil”.
Eso, percibe, tiene ya su reflejo en España: “En 2015 éramos muy pocas las entidades de Iglesia comprometidas. Hoy somos muchas más y, cuando vamos por las diócesis a contar lo que hacemos, nos acogen muy bien. Se percibe una llama encendida en la gente, un deseo de conocer nuestra acción. Estamos ante una Iglesia comprometida, que está actuando”.
La responsabilidad de los gobiernos
“En cuanto a los retos pendientes –profundiza la directora del Departamento de Trata–, está el conseguir que más gobiernos se sientan responsables de este fenómeno, en los países de origen, tránsito y destino”. Este último, desgraciadamente, es el caso de nuestro país: “España es uno de los primeros países de Europa, si no el primero, en incidencia de la prostitución y destino de las víctimas de trata”.
“El último reto pendiente –concluye Sánchez– es concienciar de que la trata no es solo sexual, sino que la hay de más tipos; entre ellas, la laboral, que hemos comprobado que se da en muchos barcos de pesca que navegan en barcos internacionales, y la del tráfico de órganos”.
