El Obispo de Chilpancingo: “la Guardia Nacional no tiene ni pies ni cabeza”

  • Salvador Rangel Mendoza pide al gobierno federal voltear los ojos al estado de Guerrero, uno de los más violentos de México
  • Asegura que en el Vaticano saben que mantiene pláticas con miembros del crimen organizado para alcanzar la paz en la entidad

El obispo de la Diócesis de Chilpancingo–Chilapa, en el estado de Guerrero, Salvador Rangel Mendoza, consideró que la casi aprobada Guardia Nacional, propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador, no tiene ni pies ni cabeza.

Este jueves 14 de marzo en la Cámara de Diputados se llevará a cabo la declaratoria constitucional por la que se crea esta institución, con la que el gobierno federal busca enfrentar la violencia en el país.

Siempre he sido crítico en ese sentido: no estoy de acuerdo en la Guardia Nacional, pues es un instrumento que no tiene pies ni cabeza, o es militar o es civil; todavía no saben si lo va a dirigir un civil o un militar; no estoy de acuerdo (…) aquí con la Guardia Nacional están haciendo una cosa anfibia”, dijo.

En entrevista para Vida Nueva, el obispo Rangel se dijo en contra de que el poder civil “dé a torcer su brazo y le dé la cuestión de seguridad a la cuestión militar, pues esta última tiene su propia finalidad”, aseguró.

La Guardia Nacional –continuó– “me parece como prima hermana del gobierno militar; yo digo se deberían buscar otra estrategia; no estoy de acuerdo en que los gobiernos estatales y municipales se quieran sacudir esa responsabilidad de la seguridad ciudadana y le quieran echar la culpa a la corporación; creo que son los gobiernos estatales y municipales los que deben responder a la inseguridad que estamos viviendo, pero de ninguna manera el militar”.

“En lo que sí estaría de acuerdo –dijo– es en reforzar a las policías federales, estatales y municipales; que se les diera adiestramiento, pues sabemos que en 12 años que ha estado el Ejército en las calles ha empeorado tanto la seguridad como los asesinatos; entonces no ha habido mejoría”.

Al dar su opinión sobre los primeros cien días del gobierno del presidente López Obrador, aseguró que lo que ha visto es una lluvia de buenas intenciones; “cosas concretas todavía no las veo, están en el rango de buenos propósitos nada más”.

La situación en Guerrero

El obispo de Chilpancingo aprovechó para pedir al gobierno de Andrés Manuel López Obrador voltear sus ojos a la sierra de Guerrero: “Les recuerdo que también acá es México”.

Salvador Rangel, conocido a nivel mundial por mantener diálogo con miembros de crimen organizado para lograr la paz en la entidad, dijo que ha seguido hablando con los capos de la delincuencia:

“Vamos a decir, por ejemplo, que estoy hablando con el de la región de Chilpancingo; ¿qué es lo que me ha pedido ese jefe de la delincuencia? Dos favores: uno, que manden una brigada médica a su domicilio; segundo, que atiendan la pavimentación de un pueblo llamado Chichihualco hasta otro que se llama El Carrizal”.

Asimismo, reveló que al menos tres capos le han dicho sobre la goma de opio que “ya no es negocio, y que se tienen que dedicar a otras cosas; el negocio de la amapola cayó totalmente, por lo que ya no la está sembrando nadie; y es que el precio lo pagaban a 40 mil pesos el kilo; ahora se las pagan a 3 mil 500, y ya nadie quiere sembrar. La amapola en Guerrero ya no es negocio”.

El Papa envía su bendición a los guerrerenses

El Obispo de Chilpancingo-Chilapa refirió que durante su estancia en Roma a finales de febrero, tuvo un breve encuentro con el papa Francisco, quien pidió a los guerrerenses luchar para que no avance la cultura de la muerte.

Detalló que acudió a la Congregación del Clero, a la de la Doctrina de la Fe, y a la de la Vida Consagrada para tratar asuntos propios de la Diócesis; en ese marco, “tuve la oportunidad de saludar brevemente al Papa; le conté de la situación de violencia e inseguridad que vive el estado de Guerrero, y recordamos el caso de los dos sacerdotes asesinados en febrero de 2018”.

El mensaje que el Papa envió para los guerrerenses –dijo- fue “que los quiere mucho; que está con ellos en su mente y su corazón; ‘les mando mi bendición; dígales que tenemos que luchar para que no avance la cultura de la muerte’”.

Salvador Rangel aclaró que no abordó con el Papa el tema de las pláticas que llega a tener con jefes del narcotráfico en su diócesis; no obstante, añadió: “ciertamente se dan cuenta de lo que yo hago, y en la Congregación sí me hicieron la observación de cómo me estaba yendo con eso, pero pues básicamente se trató con mucha discreción y respeto”.

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