Este jueves 21 de febrero la diócesis fronteriza de Cúcuta, en el nororiente colombiano, vive una jornada de oración por el pueblo venezolano ante la creciente tensión que agudiza la profunda crisis social, económica y política del país vecino.
Con celebraciones eucarísticas, oraciones de adoración al Santísimo y el rezo del rosario en parroquias, capillas e instituciones eclesiales, la Iglesia reafirma que “Cristo es nuestra paz y reconciliación”, como ha manifestado el obispo Víctor Manuel Ochoa, en declaraciones para el sistema informativo de la Conferencia Episcopal de Colombia. “Queremos ante el Señor pedir por el pueblo de Venezuela, pedir a Dios que nos conceda la paz y la capacidad de servir y ayudar a estos hermanos que tanto lo necesita”, continúa el titular de la diócesis de Cúcuta.
Para acompañar la jornada, la Iglesia ha preparado un subsidio litúrgico disponible on-line.
Solidaridad y acogida
Desde que inició la crisis venezolana, que ha generado el éxodo masivo de ciudadanos en búsqueda de oportunidades en los países de la región, la diócesis de Cúcuta ha ‘primereado’ en solidaridad y acogida.
Algunas de sus obras sociales, como la casa de paso Divina Providencia, en Villa del Rosario, han merecido el reconocimiento nacional como testimonio vivo de misericordia, de una ‘Iglesia samaritana’, en salida misionera, que se tornó auténtico ‘hospital de campaña’ y para ofrecer alimentación y medicamentos a miles de venezolanos que diariamente la frecuentan.
Fe con obras y obras con fe ha sido la apuesta de la Iglesia en la frontera colombo-venezolana, a la manera de los primeros cristianos que todo lo tenían en común.
