La red de Cáritas en las diócesis del norte de Chile se ha movilizado con mucha prontitud y energía ayudando a los cientos de damnificados que han dejado las inundaciones provocadas por las crecidos de ríos que habitualmente llevan muy poca agua. Las lluvias en el altiplano cordillerano este año han sido inclementes y más largas que de costumbre. Varios pueblos en las quebradas y en la pampa han quedado aislados, sectores poblacionales en las ciudades han sido arrasados por el agua.
En Arica el río Acha inundó las frágiles casas del sector ‘Coraceros’ y obligó al desalojo de unas mil personas de barrios vecinos. También el río San José provocó daños en la ciudad. Cáritas-Arica abrió dos albergues en el sector rural y uno en la ciudad cobijando a unas 300 personas. Además coordinó la distribución de la ayuda en alimentos y otros enseres para los damnificados, recibida tanto de la población de la misma ciudad, como la recibida desde otras ciudades del país.
En Iquique se mantienen los dos albergues abiertos desde el inicio de las inundaciones además de distribuir artículos de primera necesidad recibidos en la campaña ‘Todos por Tarapacá’, con centros de acopio en las dos principales ciudades afectadas: Iquique y Alto Hospicio hasta donde llega también la ayuda recolectada en el país. Ahora se ha dado inicio a una segunda campaña ‘Juntos levantemos Tarapacá’, coordinada con varias organizaciones de la sociedad civil animando la solidaridad en la misma región.
Reconstrucción
La campaña ‘Calama también es Chile’ ha sido muy exitosa y ha permitido ayudar a cientos de familias en esa ciudad y en otros poblados cercanos. También han iniciado una segunda fase apuntando ahora a la reconstrucción con la campaña ‘Contigo, Calama se pone de pie’ que busca recolectar recursos y materiales para la reparación de viviendas. En esta nueva campaña participan en red Techo para Chile, Defensa Civil, Hogar de Cristo y voluntarios de colegios de la región. Cáritas Calama hace también un llamado a generar espacios de reflexión sobre el cambio climático, espacios de acción y conciencia comunitaria de prevención y adaptación a este fenómeno.
Si el norte sufre inundaciones, el sur del país está nuevamente afectado por devastadores incendios forestales que ya han quemado 58 mil hectáreas y han provocado la muerte de 3 personas. En algunas localidades el fuego ha llegado a sectores poblados obligando a desalojar y acoger a los damnificados en albergues, muchos de los cuales han perdido sus casas.
La Oficina Nacional de Emergencia ha informado que este verano el número de focos ha sido un poco menor que años anteriores y de menor duración debido a la pronta intervención de brigadistas por tierra y aviones cisterna. Sin embargo, advierte también que el pronóstico es que aún continuarán.
