Durante su viaje a Panamá con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud, el papa Francisco se reunió en la Nunciatura del país con 30 jesuitas de Panamá, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Honduras y Guatemala. En la reunión, cuyo contenido ha sido recogido por Antonio Spadaro, director de La Civiltà Cattolica, Bergoglio reflexionó junto a los asistentes acerca del papel de los maestros de novicios, las vocaciones y los desafíos del mundo actual.
Así, Francisco señaló que “el maestro de novicios no tiene que ser una persona pusilánime”, sino “abierto, que no se asuste de nada ni le tenga miedo a nada”, a la vez que una persona aguda, capaz de advertir y “discernir”.
“Mi abuela insistía mucho con la catequesis, y nos explicaba que en la vida teníamos que ser humildes y no olvidarnos que habíamos nacido en una familia humilde”, subrayó el Papa, a quien le parece “tremendo cuando la consagración a Dios nos hace esnobs”, cuando “nos hace subir de categoría social hacia una que parece más educada que la nuestra”.
“Acompañar a las partes”
Por otra parte, Francisco ha declarado que “el Evangelio es una expresión política porque se dirige a cada persona en cuanto pertenece a la sociedad”. “Es verdad que la palabra ‘política’ está a veces incluso despreciada”, pero el compromiso político para un religioso “no significa militar en un partido”, sino que, además de “expresarse” con el propio voto, debe “acompañar a las partes para que lleguen a una madurez, aportando el punto de vista de la doctrina cristiana”. Algo que, en América latina, “no siempre” ha sido así.
En relación a esto, el Papa mencionó algunos problemas que, a su parecer, “tienen relevancia política”. “El primero es el de la nueva colonización”, ya que “hoy están de moda las colonizaciones ideológicas y culturales”, que son “las que están dominando el mundo”. “El segundo problema es el de nuestra crueldad” pero, sobre todo, que “nos estamos habituando” a ella. “Lo tercero tiene que ver con la justicia, y es el castigo o la pena sin esperanza”, ya que la cultura de la justicia abierta a la esperanza “no está bien radicada todavía”.
En cuanto a la nueva manera de entender las relaciones entre las personas que han generado las nuevas tecnologías, el Papa dijo que “el mundo virtual está aislado en sí mismo”. “Te da satisfacciones”, añadió, pero es una “consolidación artificial que no te mantiene unido a tus raíces”, y esto “es un peligro muy grave”, ya que los jóvenes de hoy “necesitan tener una dirección muy seria que no los haga sentirse despojados, sino enriquecidos”.
