María Zambrano frente al nihilismo reinante

  • El director de sus ‘Obras completas’, Jesús Moreno Sanz, reflexiona sobre el catolicismo de la filósofa malagueña tras editar, con la aparición del volumen IV, sus 23 libros
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Maria Zambrano

La filosofía de María Zambrano (Vélez-Málaga, 1904-Madrid, 1991) a veces no ha sido bien leída. “Ha sido muy mal editada, es lo primero que hay que decir, de ahí el sentido de esta recopilación de sus obras: la de procurar que sea leída según su intención original, y que manejemos todos los inéditos, todos los manuscritos”, explica el profesor de Historia de la Filosofía de la UNED y director de estos volúmenes de las Obras completas, Jesús Moreno Sanz.

Galaxia Gutenberg acaba de publicar el volumen IV, con el que ya ha editado los veintitrés libros que la filósofa malagueña dio a imprenta. Los dos tomos de este volumen contienen los cuatro últimos libros que escribió Zambrano: ‘Claros del bosque’ (1977), ‘De la Aurora’ (1986), ‘Notas de un método’ (1989) y ‘Los bienaventurados’ (1990). Y ellos, dan pie a reflexionar sobre el catolicismo reflexivo –y deslumbrante– que atraviesa toda su obra. “Ella dejó claro que moría en el catolicismo –dice Jesús Moreno Sanz–, pero una religión católica universal. Su catolicismo, su cristianismo, es muy místico y gnóstico, y eso, sobre todo, de su concepción de la Aurora”.

Cristianismo de principio a fin

Moreno Sanz no es solo quien mejor conoce la vida y obra de María Zambrano, el pensamiento más luminoso del siglo XX español, por encima de José Ortega y Gasset, Miguel de Unamuno o Xavier Zubiri. También es un torrente de conocimiento sobre la complejidad del árbol que conforma el pensamiento de María Zambrano. Y sus apuntes sobre la importancia de la religión en ese árbol es que es paradigmática: “Lo primero que hay que destacar es que en toda la obra de María Zambrano hay un trasfondo religioso. Son temas cristianos de principio a fin. Que ella nunca hace dogmáticos, pero que están ahí –manifiesta–. Por ejemplo, en el volumen VI, en los escritos autobiográficos, esto se ve muy bien. Pero sobre todo en su gran proyecto entre los años 1945 y 1950 que se va a llamar ‘Filosofía y Cristianismo’, libro inédito que publicaremos en el volumen VII”.

‘El hombre y lo divino’, precisamente, es el gran libro de María Zambrano, “una fenomenología de la espiritualidad, aunque ella lo llama religión”, lo describe Moreno Sanz. “Toda la filosofía de María Zambrano es el relato de una ausencia de Dios. María, en ese sentido, dialoga, y cada vez más, con una parte del islamismo, con el sufismo, también con el budismo, con el hinduismo y por supuesto con el taoísmo. Es católica, pero en el sentido etimológico de la palabra. Su cristianismo es un cristianismo universal, abierto a todas las otras creencias”, añade el autor del libro ‘El logos oscuro, tragedia, mística y filosofía en María Zambrano’ (2008), en el que en cuatro tomos –y más de 2.000 páginas– explora la enorme vigencia del pensamiento de Zambrano. “Es una filosofía de la esperanza, del amor y de la Resurrección. Y esa es la actualidad de María Zambrano frente a todo el nihilismo reinante”, proclama.

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