Los Sagrados Corazones apoyan el Sínodo Laical chileno

  • La Congregación difunde una carta de respaldo al proceso que se inició a primeros de año en Santiago
  • “Nos sentimos llamados a soñar una Iglesia diferente”, dicen los religiosos

“Animados por el Espíritu y por el camino que ustedes han iniciado también nosotros nos sentimos llamados a soñar una Iglesia diferente, donde el centro esté en la persona de Jesús, la comunidad y los pobres”, expresa la carta firmada por la totalidad de los integrantes de la Congregación de los Sagrados Corazones, participantes en su jornada anual que se realizó en estos días en Punta de Tralca, balneario frente a Santiago.

“Tenemos la convicción que este sueño es compartido y nos alienta, al igual que a ustedes, el rostro de varios testigos del evangelio, entre los cuales reconocemos al Papa Francisco, a nuestro hermano Esteban Gumucio y el de tantas laicas y laicos de nuestras comunidades sencillas que para nosotros han sido maestros en la fe”, agregan los religiosos.

En la carta valoran la iniciativa y la realización de esa asamblea con que más de 300 laicos, procedentes de muchas ciudades del país, abrieron un proceso sinodal que continuará en la búsqueda de una profunda renovación de la iglesia. Aseguran que esta inédita experiencia “nos regala una gran esperanza en este tiempo de crisis eclesial que vivimos en Chile” y la califican como “una manifestación clara del surgimiento de un laicado adulto, corresponsable y comprometido con la vida de nuestra Iglesia, que durante muchos años ha sido ahogado por un modo de ejercicio de la autoridad y del poder que favorece la pasividad y el infantilismo, del cual también nos sentimos responsables”.

Aprender y reflexionar con ustedes

Misioneros de la Congregación de los Sagrados Corazones, conocidos en Chile como ‘Padres franceses’, hacían escala en Valparaíso en los viajes a su territorio de misión en Oceanía. En 1834, uno de los integrantes que debía seguir a Hawai se quedó en ese puerto originando así la fundación de una comunidad que sirviera de apoyo a la misión en el Vicariato Apostólico de la Oceanía Oriental. Desde entonces, su presencia en Chile se ha extendido en servicio educacional con importantes colegios, en parroquias especialmente en sectores campesinos y obreros, en fundaciones y en la formación religiosa. Actualmente, entre los 50 sacerdotes que integran la congregación se cuentan tres obispos eméritos.

Cada año todos ellos se reúnen durante varios días a orar juntos, revisar sus actividades comunes y planificar. Así lo hicieron también esta vez, poniendo el foco en la crisis que vive la Iglesia chilena. En la Carta a los integrantes del Sínodo Laical expresan “coincidimos en su diagnóstico de las causas que han provocado la situación que estamos viviendo (el clericalismo, el abuso de poder, la indolencia y la falta de conciencia crítica del laicado)”.

Reconocen que la reflexión abierta por el Sínodo les interpela y sus contenidos los consideran relevantes y urgentes para toda la Iglesia. “Queremos aprender y reflexionar junto a ustedes, agregan, y ofrecerles nuestro apoyo en el proceso que han puesto en marcha, para que busquemos juntos nuevos caminos que nos permitan repensar las estructuras de poder al interior de nuestra iglesia, la participación laical en la toma de decisiones, el rol de la mujer en las instancias de responsabilidad y poder y la erradicación de la cultura del abuso en todos sus niveles, que tan fuertemente nos ha afectado”.

Concluyen su carta con una afirmación que hasta ahora el Sínodo Laical no había recibido de ningún organismo eclesial: “nos gustaría establecer vías de diálogo y que nos ayudaran a revisar nuestro modo de ser Iglesia, de vivir nuestro ministerio sacerdotal y el desarrollo de nuestros servicios pastorales”. Con esto, el proceso abierto por el Sínodo de Laicos se robustece en la búsqueda de los cambios necesarios en la iglesia chilena.

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