Taizé se despide de Madrid: “La paz es más que un imperativo moral”

  • El hermano Alois cierra el Encuentro Europeo de Jóvenes con una llamada a acoger a los pobres, los migrantes y a cuidar de la creación
  • “No aceptemos situaciones de injusticia, ni cerca ni lejos de nosotros”, ha invitado a los peregrinos

Última oración del encuentro europeo de jóvenes de Taizé en Madrid

“A todos vosotros, ¡buen viaje de regreso a casa! ¡Y no olvidemos la hospitalidad!”. Con estas palabras, el prior de la comunidad ecuménica de Taizé se despidió de los 15.000 jóvenes que han pasado el cambio de año en Madrid para participar en el encuentro europeo que ha acogido la capital española.

Durante la última oración que presidió en el pabellón 4 de Ifema durante la tarde del 31 de diciembre, el hermano Alois mostró su preocupación por el hecho de que “en demasiados lugares del mundo, la paz está amenazada”. “Oremos por la paz y por la justicia, porque no existen una sin otra”, invitó a los millennials que le acompañaban. A ello también les planteó: “No aceptemos situaciones de injusticia, ni cerca ni lejos de nosotros. Pero esforcémonos por luchar con un corazón reconciliado. No agreguemos odio a la violencia”.

Y lejos de hablar en términos genéricos, invitó a los peregrinos a adquirir “compromisos concretos por la paz” desde tres desafíos que son “mucho más que un imperativo moral”. “Asumiéndolos con seriedad, consagrándonos a ellos, nuestra propia vida puede encontrar un sentido”, recomendó.

Reducir la brecha entre ricos y pobres

En primer lugar, hizo un llamamiento a “reducir la brecha entre ricos y pobres”. “¿Podríamos, en pequeños grupos en nuestras Iglesias, estar más atentos a situaciones de pobreza?”, se preguntó el religioso que planteó “por ejemplo, con visitas que alivien el aislamiento de una persona sin hogar, de una persona anciana que vive sola, de un niño abandonado”.

Desde ahí, también presentó como “desafío urgente” la acogida de migrantes y refugiados, apoyando iniciativas locales e internaciones que garanticen su seguridad. “El miedo ante este fenómeno, de una nueva magnitud para Europa, es comprensible. Pero una cosa es segura: no habrá soluciones sin relaciones personales con aquellos que buscan refugio o un futuro mejor en otros países”, denunció el hermano Alois.

Solidaridad ecológica

Por último, el prior llamó a trabajar por la paz desde “la solidaridad con la creación”. “Nuestro maravilloso planeta está amenazado por la sobreexplotación de sus recursos, las diferentes formas de contaminación y la pérdida de la biodiversidad”, reflexionó.

Para concluir, el hermano Alois recordó que estos compromisos solo tienen sentido en tanto que partan de la que denominó “fuente de la reconciliación”. “Esta fuente no es una idea, es una persona, es Cristo. Nos da su paz. Sin la paz interior que de él recibimos, la tentación del desaliento y de la amargura puede volverse demasiado fuerte”, aclaró. Y una vez más, tal y como les insistió en cada una de sus meditaciones, les invitó a estar “a solas con Jesús” y contar con el acompañamiento de “mujeres y hombres, no solo sacerdotes y pastores, que están dispuestos a escucharos”.

Tras esta última oración en el pabellón 4 de Ifema, los jóvenes celebraron el cambio de año en las parroquias, comunidades religiosas y familias que les acogieron, antes de iniciar su regreso a casa. Por su parte la comunidad de Taizé celebra mañana 2 de enero una oración en Ávila y el día 3, hará lo propio en la iglesia de Santa María del Mar, de Barcelona.

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