González de Cardedal: “Lo mejor que los cristianos pueden ofrecer al mundo es la fe que viven”

  • El profesor emérito de la UPSA ofrece una conferencia con motivo de la presentación de su nuevo libro
  • El cristianismo es uno y solo uno, que como realidad viviente tiene crecimiento y una identidad”

Gonzalez de Cardedal UPSA

“¿El cristianismo es uno o hay muchos cristianismos igualmente legítimos?”. Con esta pregunta ha comenzado su conferencia en la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) hoy, 4 de diciembre, Olegario González de Cardedal. Una charla-coloquio con motivo de la presentación de ‘Invitación al cristianismo’, el nuevo libro del profesor emérito de la UPSA.

Para González de Cardedal, el cristianismo es uno y solo uno, que como realidad viviente tiene su crecimiento y tiene una identidad en la historia, en la que los creyentes conocemos su Misterio”. Para el experto, los concilios, dogmas y la realización de los creyentes explicitan su contenido.

“El cristianismo es una forma de vida, por tanto, afecta a la persona en su raíz y en su totalidad”, ha dicho, a lo que ha añadido que “es una forma de existir, de comprenderse, actuar, relacionarse, vivir y esperar”. De la misma manera, ha subrayado la importancia del encuentro con Jesucristo, cuyo “acontecimiento personal” radica en que “se ha convertido en un judío marginal cuyo mensaje particular ha logrado un significado universal”.

“Un fundamento para la vida”

González de Cardedal ha indicado que la Iglesia ofrece a la sociedad “un fundamento de la vida personal (razones para ser), un fortalecimiento del orden moral (razones para hacer) y un fortalecimiento de la realización comunitaria de la vida humana (razones para convivir)”. En cuanto a la acción misionera y pastoral, ha indicado que “la mejor propuesta que los cristianos pueden ofrecer al mundo es la fe que ellos viven, confiando en su verdad objetiva, su potencialidad teológica, en su validez intelectual y en su eficacia moral”.

Durante la conferencia ha señalado dos actitudes por medio de las cuales recibir la propuesta cristiana: “como afirmativa, justificadora de su proyecto, o como un rechazo, negadora de la autonomía, de la libertad absoluta”. “El Evangelio puede ser percibido como reconocimiento afirmativo o como juicio”, ha apuntado.

Además, ha explicado, por medio de la propuesta antropológica, dos pautas para seguir el camino de la Iglesia. La primera, “inclinada más a la acción con los hombres y por los hombres, que se inserta en los movimientos ideológicos de la cultura y la política y donde en el centro de su atención están los otros aceptados como son, en espera de que puedan acoger el evangelio”, mientras que la segunda acentúa lo novedoso y específico de la propuesta cristiana, subrayando que “la cultura y la fe no son realidades diferenciadas de modo que la realidad humana por sí sola, ni revela el contenido completo de la fe, ni da razones suficientes para la conversión de los creyentes”.

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