La Iglesia colombiana lidera acciones para la integración de exguerrilleros de las FARC a la vida civil

  • Con proyectos de hidrotornillo y acuaponía, la Conferencia Episcopal de Colombia genera oportunidades y condiciones de paz en territorios rurales
  • “Este ejercicio que hemos hecho reafirma la esperanza de que la reincorporación es posible,” aseguró monseñor Héctor Fabio Henao, director de pastoral social

Como parte de un nuevo modelo de integración de actores sociales –en el marco de los acuerdos de paz–, la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) y la Comisión Nacional para la Paz (CNP), a través del Secretariado Nacional de Pastoral Social Cáritas colombiana, Cáritas Noruega y el gobierno de Noruega, inauguraron en Miravalle (departamento de Caquetá) el primer y único sistema de hidrogeneración eléctrica en el país con el fin de incentivar el uso de energías limpias y sistemas de producción favorables para el medio ambiente, tal como lo dio a conocer la CEC en su portal.

El proyecto ha brindado formación a los miembros del llamado espacio territorial de capacitación y reincorporación (ETCR), conformado por excombatientes, comunidad local, policías y  soldados, como parte de las acciones para construir la paz a través de la reincorporación a la vida civil de los guerrilleros desmovilizados de las FARC, que incluye preparar proyectos productivos y atender las necesidades de formación técnica de las comunidades.  

“Este ejercicio que hemos hecho reafirma la esperanza de que la reincorporación es posible, que se pueden dar pasos en la medida que se juntan esfuerzos y voluntades de la comunidad internacional, de las autoridades nacionales y de sectores de sociedad civil, en este caso la pastoral social”, manifestó monseñor Héctor Fabio Henao, director de Pastoral Social Colombia y presidente de la CNP.

Proceso de reconciliación

Henao también dijo que “este proceso abre caminos  para que la reintegración sea posible en toda su complejidad, en todos sus componentes”, incluyendo las dimensioens económica, política, social y cultural, y asegurando que este “es un proceso de reconciliación”.

A tales efectos, mencionó que “aquí ha participado la comunidad, estudiantes de distintas regiones del Caquetá, es decir, es un proyecto que ha ayudado al encuentro también con las autoridades militares y policiales para que  en conjunto se pueda trabajar en la construcción de una sociedad donde sea posible vivir la justicia y la paz”.

Integrando excombatientes

En la cuenca del río Pato se instaló un sistema de generación eléctrica denominado hidrotornillo, usado desde la antigüedad para el riego de cultivos. Fue fabricado con obra de mano 100% colombiana y permitirá generar unos 40 kilovatios por hora gracias a la fuerza cinética de la corriente del río, para satisfacer las necesidades energéticas del ETCR y gran parte de la comunidad de Miravalle las 24 horas. La inversión ascendió a unos 200 millones de pesos. 

Además de la puesta en funcionamiento del hidrotornillo, se entregó también a la comunidad del ETCR, conformada por unas 90 personas, un sistema que combina la producción de peces y la producción de hortalizas sin suelo (acuaponía), que tras ocho meses de construcción, instalación y capacitación, este proyecto es desarrollado por excombatientes para su autosostenimiento. Se aspira a recolectar  más de 2 mil lechugas y 280 kilos de tomates como también 1.6 toneladas de peces durante el primer año.

Crear espacios de confianza

Más allá de la diatriba sobre los acuerdos de paz, Henao recordó que “la Iglesia ha sido reiterativa que es necesario avanzar en la puesta en marcha de los acuerdos suscritos con las FARC, para lo cual es muy importante crear estos espacios de confianza donde realmente se plasme la voluntad de llevar a término todos los procesos que se han iniciado en las distintas áreas”.

En cuanto a la entrega de tierras a víctimas del conflicto y a los acuerdos de paz con los guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) el presbítero expresó que “hay temas de largo plazo como es el tema de la reforma rural integral, en las cuales muchos sectores campesinos, sectores indígenas y afrocolombianos tienen grandes expectativas y donde pudiera darse una transformación que impidiera volver al pasado, pero está el desafío de avanzar y también llegar a buen término con las negociaciones con el ELN”.

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