La calma es aparente. Hay preocupación por esa campaña de boicot emprendida hace unos meses para que los contribuyentes no marquen la casilla de la Iglesia en el IRPF debido, según sostienen, a que está apoyando el proceso soberanista en Cataluña. Junto a esto sobrevuela la constante amenaza de denunciar los Acuerdos Iglesia-Estado para acabar con “los privilegios” económicos de la Iglesia. Algunos obispos están invitando a buscar modelos alternativos. Miguel Ángel Jiménez, director del Secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia, solo pide que se vea y valore lo que la Iglesia hace por la sociedad.
PREGUNTA.- ¿Tienen miedo a que la llamada a no marcar la X cale entre los contribuyentes?
RESPUESTA.- Marcar o no marcar la casilla de la Iglesia es libre y voluntario. Pero, en concreto, la casilla de la Iglesia está relacionada con su actividad, no con las distintas opiniones políticas que pueda haber. Si alguien decide no marcarla, está en su derecho, pero tiene que saber que eso afecta a la Iglesia en su conjunto y a todo lo que desarrolla en beneficio de todos. La decisión de no marcar la casilla no afecta tanto a la institución como a las personas que son beneficiarias de su labor.
P.- “¡Ni un euro para la Iglesia católica! Yo no financio a los que quieren destruir mi país”. Mensajes como estos han sido publicados en el portal ‘Xtantos’, de la Conferencia Episcopal. ¿Cómo se les convence de lo contrario?
R.- Las opiniones políticas no pueden ser el criterio para apoyar o no la labor de la Iglesia. El criterio tiene que ser la fe o la valoración positiva de lo que la Iglesia hace, y que beneficia a toda la sociedad. Desde ‘Xtantos’ mostramos lo que la Iglesia es y hace, con datos de su actividad en tantos ámbitos y que ayudan y benefician a tantos millones de personas. Nuestro reto y lucha es mostrar que la Iglesia es un beneficio social. Que cada uno valore en conciencia lo que la Iglesia aporta y que, desde ahí, decida.
P.- Otros reclaman acabar con “los privilegios económicos” y denunciar los Acuerdos de 1979. ¿Tiene la Iglesia que pensar en autofinanciarse con los recursos que ella genere?
R.- La Iglesia está ya autofinanciándose. Por un lado, el 25% de sus fondos procede del dinero que recibe por el IRPF, que no es por una asignación del Estado, sino por la libre decisión de los contribuyentes que marcan su casilla. Desde 2007, la Iglesia no tiene ninguna asignación en los presupuestos del Estado. Si nadie marcase la X, recibiríamos cero euros. El otro 75% proviene de los católicos o de las personas que valoran la labor de la Iglesia y colaboran con ella ofreciendo donativos, suscripciones, herencias, legados, etc.
