La Iglesia latinoamericana busca caminos para servir mejor a los migrantes

  • Delegados de la mayoría de los países latinoamericanos participaron en el Encuentro regional sobre movilidad humana realizado en Santiago
  • Varias organizaciones se reúnen con la finalidad de atender las necesidades de los refugiados, víctimas de trata y migrantes

“Todos somos migrantes. Desde el génesis, el ser humano lleva la migración con él”, afirmó el obispo castrense Santiago Silva, presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, al inaugurar el Encuentro Latinoamericano y Caribeño de Movilidad Humana y la Asamblea de la Red CLAMOR, que se realizó en Santiago organizado por el Departamento de Justicia y Solidaridad del CELAM (DEJUSO-CELAM), el Instituto Católico de Migración (INCAMI) y Caritas Chile.

Poco más de cien participantes venidos desde la mayoría de los países de América Latina y El Caribe se propusieron “trazar caminos comunes que permitan servir con mayor eficiencia a nuestros hermanos migrantes, refugiados y víctimas de trata de personas”.

El arzobispo de Yucatán, México, Gustavo Rodríguez, actual presidente del DEJUSO-CELAM, en sus palabras de bienvenida destacó que “la migración humana es natural al ser humano y hay también una espiritualidad en cuanto merecen todo el respeto y trato digno, mismo que merece todo hombre y mujer sin importar su credo, reconociendo a Cristo en la persona del migrante “fui forastero y me acogiste”, señaló.

Migración con rostro de mujer

Jorge Martínez, especialista de la CEPAL, expuso sobre ‘Nuevas tendencias de la migración en América Latina y el Caribe, urgentes problemáticas’, tema en el que aclaró las diversas realidades migratorias, proponiendo que “la migración no debemos mirarla como una amenaza, sino por el contrario, ha sido y será parte de nuestra historia siempre”. Agregó que en las últimas décadas son las mujeres quienes emigran en mayor cantidad, por eso describió que “la migración tiene rostro de mujer” y que las mayores problemáticas son las relacionadas a la discriminación, xenofobia, racismo, trata, niñez y adolescencia no acompañada, entre otros.

Con vivo entusiasmo de los participantes se realizaron paneles temáticos. Uno de ellos, con gran impacto, se refirió a los Pactos Globales, abordando cómo incidir en los procesos de negociación y acciones programáticas de intervención. Especial atención tuvo la presentación de la campaña mundial de Caritas Internacional sobre migración y refugio ‘Compartiendo el viaje’, a la que el papa Francisco ha adherido con entusiasmo, información que incluyó la invitación a sumarse a la Semana de Acción Global en junio próximo.

“El dolor de los venezolanos”

En el tema ‘La migración venezolana. Retos y desafíos para la acción pastoral’ el obispo de Barinas, Venezuela, y presidente regional de Caritas América Latina y El Caribe, José Luis Azuaje, y la directora de Cáritas Venezuela, Janeth Márquez, expusieron la realidad que afecta al pueblo venezolano. El Obispo lamentó que “el ser humano esté al servicio de ese proyecto político” y que estén sufriendo apremios, carencias y dificultades enormes.

La directora de Caritas, por su parte, se refirió a una “crisis sin precedentes”, ya que el país se encuentra sin bienes ni servicios, en una situación al límite. La pobreza ha aumentado del 40 al 87% y la pobreza extrema llega al 60% de la población, informó. “Pasamos de ser unos de los países con el mayor salario mínimo a tener uno de los más bajos, dos dólares y medio mensuales. En tanto la canasta básica cuesta 159 dólares, esto hace imposible para muchos venezolanos el tener más de dos comidas diarias” dijo. “Eso ha impulsado, compartió con emoción, que las madres, las familias animen a sus hijos a emigrar, pensando que afuera va a encontrar un mejor pasar, con muchos peligros: trata, prostitución, violaciones, tráfico, etc. Debemos prepararnos para un aumento del flujo migratorio y para una crisis humanitaria aún mayor en Venezuela. Necesitamos mucho a la familia Caritas”, lamentó Janeth Márquez.

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