Encuentro de la Pastoral Carcelaria en Patagonia

Se realizó durante los días 28, 29 y 30 de abril en el Colegio Pablo VI de la Ciudad de Neuquén, donde se reunieron 70 integrantes de la pastoral carcelaria de las siete diócesis de la Patagonia, bajo el lema “¿Dónde está tu hermano?”.

Participaron también del encuentro, integrantes de la Comisión Episcopal Penitenciaria, obispos Juan Carlos Ares, obispo Auxiliar de Buenos Aires y presidente de la misma,  y Esteban Laxague, obispo de Viedma, actual asesor de la pastoral regional y el p. Juan Carlos Cagliani, de la Diócesis de San Justo. 

El sábado, después de una charla sobre la espiritualidad del voluntario, estuvieron presentes el Dr. Rómulo Patti, Fiscal Jefe,  y la Dra. Balbe Fiscal de Ejecución Penal, que hablaron de los cambios en el nuevo Código Penal, probation y pudieron responder algunas preguntas y compartir reflexiones de los presentes.

El domingo, luego de la oración, el obispo de Viedma, Esteban Laxague, asesor de la pastoral regional, reflexionó sobre la  “Parroquialización de la pastoral carcelaria”. La celebración Eucarística fue compartida con la comunidad de María Madre de la Iglesia, donde cada diócesis presentó las ofrendas realizadas por las personas en situación de cárcel de cada lugar.  Por la noche, compartieron cena y fogón.

Hoy, lunes 30 de abril, se realizaron reuniones por diócesis para reflexionar sobre “Cómo poner en práctica lo tratado en este encuentro” y más tarde se llevó a cabo la evaluación del mismo, celebraron Misa de envío y un almuerzo de despedida.

37 años de experiencia

El sábado por la mañana, el p. Cagliani, con 37 años de experiencia en esta pastoral,  tuvo a su cargo del tema “Espiritualidad del voluntario de la pastoral carcelaria”. Las frases más sobresalientes fueron:

  • “Dios nos ha regalado un tiempo y nos ha elegido para que tengamos un encuentro personal con Él, de una manera muy especial, porque nos encontramos con Jesús detrás de una reja. Quizá sea más fácil sentarse delante del Sagrario y descubrir  a Jesús en la oración, en la intimidad…;
  • Abrazar  a Cristo detrás de una reja es encontrarse con el gesto misericordioso de saber que nos amamos como hermanos. Uno comienza a descubrir el rostro de Cristo en esos rostros, donde uno no va a mirar el delito, sino solamente va a encontrar el amor y la misericordia que proceden de Dios;
  • Uno encuentra en esas visitas, −en esos contactos humanos, en esa cercanía, en esa presencia, en ese compartir−, un Dios que me ama. Me ama en ese hermano, en esa hermana concreta, presa, que está purgando en ese lugar. Muchas veces  odiados, maldecidos por tantos hermanos, inclusive cristianos,  y no se dan cuenta que en ese lugar, está Jesús;
  • Me parece importante esta experiencia, porque uno todos los días, descubre un hombre nuevo y una mujer nueva, que después termina siendo parte de nuestra historia. Yo tengo ya nietos. Hijos de estos presos, casados, con los que ya somos familia. Están en libertad, volvieron a sus casas, reorganizaron su familia. Yo bauticé los hijos, les casé a los hijos, compartí con ellos momentos de soledad, de angustia, de dolor de tristeza, pero que nos sentimos una familia y sentimos que no todo está perdido;
  • El Señor nos manda a buscar esa oveja perdida y me parece interesante porque uno encuentra en ellos el gesto del amor. Cargar  esa ovejita, acariciarla, comprenderla, escucharla y volverla al rebaño”.
  • Yo siempre les digo cuando vamos a las visitas “yo no voy a llevar a Cristo a la cárcel, yo voy a encontrarme con Cristo en la cárcel”. Yo no “llevo” a Jesús, yo voy a encontrarme con Jesús!”.

Las palabras de Laxague

  • Estamos viviendo esta experiencia de comunión, de reflexión, de oración, de todos los que caminan en este mundo de la pastoral carcelaria. Contentos de estos días ricos de experiencias.
  • El lema que nos convoca  es “¿Dónde está tu hermano?”, nos vuelve a  despertar para hacernos cargo de nuestros hermanos. Esta es la vida grande a la que Dios nos desafía, a hacernos cargo de nuestros hermanos. Todos tenemos a nuestro cuidado a alguien que Dios nos regaló como compañero de camino.
  • Desde esta pastoral, de una manera especial, queremos hacernos cargo del hermano privado de libertad. Junto a su familia, el mundo de la justicia, el mundo del servicio penitenciario. Sentirnos  en comunión, en unión con esos hermanos y hermanas. Y más sabiendo  que el mismo Jesús se ha identificado con el preso. Allí nos encontramos con el mismo Jesús que está en la Eucaristía, el Jesús presente que dijo “donde dos o más se reúnen en mi nombre, allí estoy yo”.
  • El mismo Jesús que nos habla a través de la Sagrada Escritura, es el Jesús que está en el preso. Este es el regalo grande que tenemos, el haber sido llamado a esta pastoral. Él nos invita a todos a pastorear a nuestros hermanos, al estilo de Él. Y así, estamos trabajando en esta reflexión estos días.
  • La pastoral carcelaria es una de las tantas pastorales de nuestra Iglesia, de este Pueblo de Dios que busca hacer presente hoy a Jesús Buen Pastor en nuestra Patagonia, y nace de tantos hermanos bautizados que va sintiendo este llamado de vivir su ser misionero dentro de la pastoral carcelaria, que necesita trabajar muy unida a su comunidad. Separados no podemos hacer nada. Necesitamos trabajar juntos para sentir la presencia de Jesús, para compartir nuestra experiencia, nuestras angustias, problemas, alegrías, desafíos… Y también, ese trabajo en red, porque el mundo de la cárcel delata que muchas cosas andan mal en el barrio, en la ciudad, en el pueblo. La pastoral carcelaria nos desafía a ser una iglesia más cercana”.

Compartir