Siete obispos alemanes disienten sobre la comunión para cónyuges protestantes aprobada por su Episcopado

Un sacerdote dando la Comunion durante una Misa

El National Catholic Register se hace eco de la protesta de siete obispos alemanes dirigida al Vaticano, en relación con un proyecto de comunión para no católicos que baraja la Conferencia Episcopal Alemana. Los mitrados, liderados por el cardenal arzobispo de Colonia, Rainer Woelki, expresaron recientemente sus dudas en una carta dirigida a la Congregación para la Doctrina de la Fe y al Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, del que Woelki es miembro.

La queja, enviada con urgencia a ambos órganos, se opone a la posibilidad de permitir a algunos protestantes cónyuges de fieles católicos recibir la Comunión si cumplen ciertos requisitos. Se trata de una decisión aprobada por mayoría en la última reunión de la conferencia episcopal que dejaría recibir la Eucaristía a algunos protestantes casados con católicos si, tras hacer un “serio examen de conciencia” con un sacerdote, “declarara la fe de la Iglesia Católica” deseara “acabar con el malestar espiritual” y confesara su deseo de “satisfacer su hambre de Eucaristía”.

Los siete obispos aseguran que creen que esto se opone a la doctrina católica, debilita la unidad de la Iglesia y excede las competencias de los propios mitrados. La carta, filtrada a los medios ayer, 4 de abril, tuvo una respuesta casi inmediata del cardenal Reinhard Marx, presidente de la conferencia episcopal y miembro del C9, en forma de otra carta enviada a todos los obispos tudescos. En ella defiende la decisión asegurando que no contradice el derecho canónico ni textos teológicos ni ecuménicos. Además afirma que es resultado de la exhortación del papa Francisco “a dar pasos en favor del ecumenismo” y que “no pretende cambiar ninguna doctrina”.

China prohibe la venta de Biblias online

La web UCA news informa de otro movimiento del Gobierno chino en cuanto a libertad religiosa. Sorprendentemente, en medio de las conversaciones con el Vaticano sobre el nombramiento de obispos, China ha prohibido la venta de Biblias en los portales de venta online. Oficialmente no se podía tampoco antes, ya que en teoría solamente están autorizados a venderlas las iglesias que designe el Gobierno, pero esta medida indica que el ejecutivo chino le está dando más importancia al asunto de la que le concedía. William Nee, de Amnistía Internacional, califica de “ridículo” este movimiento por parte de un gobierno que “ayer mismo se decía defensor de la libertad religiosa”.

Además, el ejecutivo ha publicado un libro blanco (documento que analiza el estado de una cuestión concreta) sobre la religión el pasado martes 3 de abril, algo que no hacía desde 1997. Según dicho informe el número de personas religiosas se ha doblado en 21 años, habiendo ahora 200 millones de practicantes, de los cuales un 19% son protestantes, un 10% musulmanes y un 3% católicos. Estadística que no deja de ser oficial frente a los estudios independientes que afirman que este número excluye a varios millones de cristianos de todo tipo por no formar parte de las iglesias “oficiales” del Estado.

“Europa tiene con los emigrantes una actitud como la alemana con los campos nazis”

La Voz de Galicia recoge una charla de ayer 4 de abril con Santiago Agrelo, obispo de Tánger, en la que se muestra muy crítico con Europa, de la que afirma que “tiene con los emigrantes una actitud como la alemana con los campos nazis”. Y es que sus diez años de obispo en la costa del Estrecho de Gibraltar le han hecho testigo de la tragedia de cientos de personas que se juegan la vida por un futuro mejor. “Son víctimas de la vida y del lugar donde nacieron. Solo por eso les ha tocado sufrir un calvario continuo”, asegura.

Además, Agrelo no utiliza eufemismos al hablar de este asunto, ya que su objetivo es despertar la conciencia de los demás para que abran los ojos a la realidad. “Yo soy de la idea de que el problema de la inmigración estaría resuelto si la sociedad lo viese”, y para ilustrarlo narra episodios como la aparición en las calles de personas muertas de frío, una estampa nada extraña en su diócesis.

Pero es consciente de que es un problema de prioridades: “Me escandaliza que la sociedad se mueva por el pregón del carnaval de Santiago y no por la muerte de cientos de emigrantes”. La única solución para él es “una sociedad humana, en la que nos sintamos responsables de los otros”.

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