Francisco invita a los políticos de Marsella a ser “creadores de vínculos”

  • Recepción en la Santa Sede a los parlamentarios marselleses
  • El Papa define la política como “el deseo de crear condiciones favorables para la convivencia respetuosa de las diferencias”

El Papa Francisco ofrece un discurso a los políticos de la región de Marsella

La Sala Clementina del Vaticano se transformó hoy, 12 de marzo, en un nuevo parlamento de Marsella en el encuentro que Francisco ha tenido con parlamentarios y políticos de la región francesa, que han acudido a la invitación que les realizó Georges Pontier, arzobispo de Marsella.

En el encuentro el Pontífice tuvo unas palabras hacia los políticos en las que quiso notar la valoración que desde la Santa Sede se le confiere al esfuerzo político “cuando está motivado por el deseo de crear condiciones favorables para la convivencia respetuosa de las diferencias, atento a las situaciones precarias, a las personas más vulnerables”.

La riqueza de la dimensión mediterránea

Continuó Francisco con un recuerdo a la diversidad que ha sido siempre las regiones colindantes con el mediterráneo en multitud de aspectos, como el humano, el económico o el religioso. Para acentuar, a continuación, la importancia de “un gran esfuerzo de diálogo político y de creación de consenso”.

Ante la presencia de tanto políticos franceses, el Papa quiso hacer un pequeño guiño al lema de la República y de la revolución indicando que “los valores de la libertad, igualdad y fraternidad son piedras angulares y un horizonte para el ejercicio de vuestras responsabilidades”. Invitando a los políticos a convertirse en “promotores de un debate real sobre valores y directrices que todos reconozcan comunes”. Debate en el que deben participar tanto los cristianos, los creyentes de todas las religiones y todos los hombres de buena voluntad.

Prójimos de los demás

En una serie de consejos con el leitmotiv del bien común Francisco urgió a los políticos a “hacer todo lo posible para construir puentes entre las personas”, con un destacado para que se construyan también entre las diferentes generaciones. También les animó a ser “creadores de vínculos entre las zonas urbanas y rurales, entre el mundo de los estudios y el de las profesiones”, con el objetivo de que la diversidad presente pueda enriquecer los territorios.

Para concluir el Pontífice invitó a una “conversión ecológica integral”, con una hoja de ruta basada en “haceros prójimos de los demás, especialmente de las personas en situación precaria”, en “no resignaros nunca a la desigualdad social”. En un recuerdo específico a los migrantes y refugiados que tratan de llegar a la próspera Europa, Francisco pidió que perseveraran en “la búsqueda de medios compatibles con el bien de todos, para acogerlos, protegerlos, promover su desarrollo humano integral e integrarlos en la sociedad.

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