Confer entrena a los líderes laicos: “Los mirlos blancos no existen”

  • El V Encuentro de Misión Compartida ahonda en el liderazgo eclesial entre religiosos y laicos
  • “Estamos en el agua hirviendo de nuestros carismas, no para salir escaldados sino para moldear a otros”, reivindica el secretario general, Jesús Miguel Zamora

“Ser el buen café que da olor y permite que otros se animen a beberlo”. Es la figura literaria de la que se sirvió el secretario general de Confer, Jesús Miguel Zamora, para arrancar el V Encuentro de Laicos y Religiosos de Misión Compartida bajo el lema ‘Líderes llamados a una misión’. Más de 300 participantes, entre seglares y consagrados, se reunieron en el colegio Nuestra Señora de las Maravillas, de los hermanos de La Salle.

“Tenemos un buen caldo de cultivo, estamos en el agua hirviendo de nuestros carismas, no para salir escaldados sino para moldear a otros”, sugirió Zamora, que valoró cómo “nosotros, laicos y religiosos, hemos respondido hoy a la llamada como líderes a una misión, casi nada y casi todo”.

Estamos llamados

“Ha llegado el momento de asumir y hacerse conscientes de que este camino de misión compartida debe llevar una categoría más profesional de desarrollar nuestras dotes de liderazgo”, explicó el religioso lasaliano, que hizo una advertencia: “Somos llamados, ojo, llamados. No venimos a aprender técnicas ni métodos, tampoco a establecer solo relaciones con otros. Estamos llamados a una misión”.

A partir de ahí, Jesús Miguel Zamora, aseguró que  “no solo somos personas creativas o delegadas por nuestros superiores o directoras, somos personas a las que la misión compartida nos ha tocado el corazón y nos hace vibrar en pro de una respuesta que queremos hacer más vital al ritmo de nuestros fundadores, en definitiva, al ritmo de Dios”.

Abiertos a la oportunidad

“En primer lugar, estamos llamados a la fraternidad. Estamos llamados al encuentro, que nace del encuentro con Dios”, reflexionó Belén Blanco, responsable pedagógica de la red de colegios marianistas de España, que presentó la ponencia marco junto con el presidente de la Fundación SM, Javier Palop.

“La disminución de religiosos es un dato pero no una razón primordial para la misión compartida sino una oportunidad para vivir el carisma desde los signos de los tiempos”, señaló Blanco, que invitó a los presentes a ser “liberadores, a construir un mundo mejor, a desarrollar a la persona”. Además, añadió que “decir que es la hora de los laicos es volver a los orígenes del Evangelio, donde no había distinción en los modos de vida”.

“Si algo hacía Jesús era generar un clima de confianza entre los suyos”, recordó Blanco como uno de los valores fundamentales para quienes están llamados a capitanear grupos dentro de la Iglesia, destacando la necesidad de promover espacios de confianza, integridad, coherencia, competencia profesional y credibilidad. Con la mirada puesta en el de Nazaret, Belén recordó que el equipo de Cristo “era muy variado, los había más o menos activos, más o menos creativos, más o menos fieles. Por eso es tan importante que el líder sea motivador y tenga capacidad de acoger”.

“La palabra liderazgo se las trae”, reconoció Javier Palop. “Ninguno de nosotros ha nacido líder. No existen los mirlos blancos”, subrayó el laico marianista que subrayó la importancia del tipo de motivación para estar al frente de una obra. “El líder no es solo el que tiene las ideas claras, sino aquel que sabe construir equipo, que sabe contagiar a los demás la misión, el rol del líder como entrenador nos interesa mucho”, comentó. 

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