“Con compañía, sé que puedo cambiar el mundo”

  • La Red Solidaria de Jóvenes reúne en Madrid a 250 jóvenes y docentes procedentes de 14 países
  • Esta iniciativa de Entreculturas trabaja desde ya por hacer real la Agenda 2030 de la ONU

Entreculturas

Desde el jueves 15 y hasta el domingo 18, más de 250 jóvenes y docentes procedentes de 14 países se han dado cita en Madrid para reflexionar conjuntamente en torno a temáticas esenciales en nuestro tiempo, como el desarrollo sostenible, la participación política, la ecología, la interculturalidad o la construcción de paz, todo ello en torno al reto de la gobernanza internacional y, más concretamente, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la Agenda 2030 de la ONU.

Se trata de unas jornadas organizadas por la Red Solidaria de Jóvenes, impulsada desde hace 17 años por la entidad jesuita Entreculturas para englobar a alumnos y profesores de centros de América Latina, África y Europa en la construcción de una cultura encarnada y participativa, en clave de ciudadanía global, comprometida y que trabaja en redes cada vez más amplias e interconectadas entre sí.

La cita de este año, que cumple su sexta edición y cuyo lema es Aventúrate El encuentro, contará con jóvenes y docentes de Colombia, República Dominicana, Brasil, Nicaragua, Argentina, Italia, Venezuela, Perú o Kenia, además de participantes de distintos puntos de España. Junto a espacios para la reflexión, también habrá diferentes talleres lúdicos y culturales. También, explica en un comunicado la Red Solidaria de Jóvenes, “compartirán iniciativas y proyectos en los que participan desde sus países y comunidades y diseñarán estrategias para enlazar sus agendas y trabajar juntos y juntas como parte de una ciudadanía global comprometida con la construcción de un mundo más justo”.

Una mirada amplia

En conversación con Vida Nueva, una de las participantes, Rosalía González Blanco, estudiante de 18 años en a Universidad Complutense de Madrid, explica que se sumó a la Red en 2014, mientras estudiaba en el Colegio Apóstol Santiago de Vigo: “Fue gracias a un profesor que tenía ganas de organizar un grupo de voluntariado. Poco a poco me fui formando y hoy sé que esto me ha mejorado como persona. Veo el mundo desde otro punto de vista, con una mirada mucho más amplia. He dialogado con otras culturas y, de un modo real y concreto, ahora siento que, con compañía, puedo cambiar el mundo. No es una fórmula teórica, lucho por causas de otros que hago mías y ellos asumen las mías”.

Durante estos cuatro años, la joven gallega ha participado en la Red en todo tipo de proyectos contra el racismo, la desigualdad, la violencia de género o el bullying… Y, efectivamente, ha experimentado un cambio que ha ido mucho más allá de lo personal: “He podido incidir en la mentalidad de muchos de los que me rodean concienciándoles sobre la importancia de estos retos. He abierto ojos y he colocado gafas para que den un paso y se muevan más allá de las palabras”.

En este sentido, Rosalía se dirige a la ONU y reclama “que incluyan las migraciones dentro de los Objetivos Desarrollo Sostenible. No sobran ninguno de los Objetivos que figuran en la lista, por supuesto, pero sí se echan en falta algunos tan importantes como este, que nos interpela como sociedad”.

Líderes en República Dominicana

También nos da su testimonio Deleanny Corporán Cava, una joven de 16 años que ha venido desde República Dominicana. Participa, con la organización jesuita Fe y Alegría, en Santo Domingo, en un proyecto en red que busca “crear líderes entre la juventud que hagan frente a la mentalidad negativa y acomodaticia y despierten hasta hacer ver a los demás que el mundo nos pertenece a todos. La clave es que, más allá de nuestro contexto, entiendan que en otros países tienen los mismos problemas y les hacen frente desde perspectivas propias que podemos conocer y compartir, enriqueciéndonos todos”.

Como cuenta la joven, allí aplican la Red en seis niveles: “Lo primero es trabajar en quién eres personalmente, conociéndote de verdad. Luego viene la sensibilización, para sentir el dolor que sienten los demás ante sus problemas. Después va la concienciación, donde profundizamos en las causas de los males que nos golpean. A continuación trabajamos en el empodreamiento, para interpelar a los demás de un modo real. Más tarde reflexionamos sobre la organización, pues tenemos que saber exactamente qué fines perseguimos y en qué pasos los buscaremos. Por último, está la movilización, interactuando con otras culturas y viviendo en su realidad”.

Esto último, el de vivir los retos con corazón y más allá de las ideas, es el diferencial para Deleanny: “Lo he comprobado aquí en España. Antes del encuentro de Madrid, he estado visitando centros de la Red en Murcia y Valencia. Al hablar con otros chicos de mi edad y contarles mi experiencia y cómo vivimos en mi país, ellos han encarnado lo que defendemos más allá de la teoría y han puesto rostro a la importancia de la justicia. Para sensibilizarse por algo, antes hay que sentirlo. Con esta cita en Madrid, todos juntos, tenemos una gran oportunidad para vivirlo”.

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