Crimen organizado e impunidad dejan sin escuela a cientos de niños y jóvenes en Chilpancingo

La diócesis que gobierna el obispo Salvador Rangel lamenta que la congregación que atendía el Colegio Morelos se haya visto en la necesidad de retirarse de la localidad

Más de 700 alumnos de nivel preescolar, primaria, secundaria y preparatoria se han quedado sin clases, luego de que la congregación que administraba el Colegio Morelos de Chilapa de Álvarez, Guerrero, decidiera retirarse de la localidad a causa de las constantes amenazas por parte del crimen organizado y la impunidad que reinó tras el asesinato de los padres de una de las religiosas.

Tras lamentar la decisión de la congregación, la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, a cargo del obispo Salvador Rangel, recordó que el colegio Morelos –ubicado en el número 502 de la calle Revolución, del Barrio de San Francisco de Chilapa– es uno de los planteles educativos más antiguos y reconocidos en esa ciudad.

Crimen e impunidad

A través de un comunicado, la diócesis dio a conocer que de septiembre a diciembre del año pasado el colegio había venido suspendiendo clases debido a la inseguridad y amenazas por parte del crimen organizado, como ocurre con otras instituciones; no obstante, las religiosas continuaron realizando su tarea educativa a través de medios digitales de comunicación.

Sin embargo, tras el secuestro y muerte de los padres de una de las hermanas pertenecientes a dicha comunidad, así como el hecho de que se les criminalizara, vinculándolos incluso con grupos delictivos, la congregación se vio en la necesidad de retirarse de la ciudad de forma definitiva.

“En consecuencia –señala el texto– tenemos que buscar a quien se haga cargo de la administración del colegio, ya que cerrarlo ocasionaría que muchos niños y adolescentes se quedaran sin recibir una atención educativa de calidad”.

Justicia y paz

Ante esta situación, la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa ha exhortado a las autoridades a que clarifiquen estos hechos y “traigan la paz y tranquilidad a Chilapa, especialmente a las instituciones educativas”.

Continúa el comunicado: “Exhortamos también a los grupos delictivos a que no toquen, ni destruyan, una de las cosas más sagradas que tenemos: la educación de nuestros niños y jóvenes”.

Finalmente, como Iglesia particular perteneciente a la Provincia Eclesiástica de Acapulco, en el estado de Guerrero, la diócesis ratificó su disposición para trabajar, “como ahora lo estamos haciendo y como siempre nos hemos declarado, a favor de la construcción de la paz en nuestro Estado”.

Noticias relacionadas
Compartir