El Papa pide una “solución justa y duradera” para los rohinyás

  • Francisco y la primera ministra bangladesí, Sheikh Hasina, se reúnen en el Vaticano
  • El Pontífice ha agradecido al país su acogida a casi un millón de personas de esta minoría musulmana

La primera ministra de Bangladesj, Sheikh Hasina, visita al papa Francisco en el Vaticano 12 de febrero de 2018

La crisis de los rohinyás, la minoría musulmana expulsada de Myanmar y acogida en el vecino Bangladesh, ha estado presente en la audiencia que el papa Francisco ha mantenido esta mañana –12 de febrero– en el Palacio Apostólico del Vaticano con la primera ministra bangladesí, Sheikh Hasina. La situación de estos refugiados asesinados y perseguidos por el Ejército birmano protagonizó el viaje que Jorge Mario Bergoglio realizó a estos dos países asiáticos del 26 de noviembre al 2 de diciembre de 2017.

El Papa y Sheikh Hasina hablaron sobre el compromiso de Bangladesh en la promoción de la “convivencia pacífica entre las varias comunidades religiosas”, así como en la defensa de “las minorías y los refugiados”, según informó la Santa Sede en un comunicado. Francisco manifestó una vez más su “aprecio” a las autoridades bangladesíes por acoger a los rohinyás, auspiciando “una solución justa y duradera a su drama”. Se calcula que más de 650.000 miembros de esta comunidad han tenido que huir desde el pasado mes de agosto a Bangladesh, donde ya vivían otros 300.00 escapados ante anteriores olas represivas por parte de los militares de Myanmar.

En la audiencia de hoy se recordó el reciente viaje apostólico y la “calurosa participación” en los distintos eventos de la población, que es mayoritariamente de religión musulmana. Tras su conversación con el Papa, Sheikh Hasina se entrevistó con el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, que estaba acompañado por Antoine Camilleri, subsecretario para las Relaciones con los Estados.

“La presencia de Dios hoy también se llama rohinyá”

La situación de los rohinyá fue la ‘patata caliente’ de la gira asiática del Papa. Pese a las voces de la Iglesia local que pedían que no se refiriera a esta comunidad por su nombre, el Pontífice recibió a varios de ellos durante una ceremonia interreligiosa celebrada en Daca, en la que pidió no “cerrar los corazones” ni “mirar a otra parte” frente a esta catástrofe humanitaria. Finalmente clamó: “La presencia de Dios hoy también se llama rohinyá”.

El cardenal salesiano Charles Maun Bo, arzobispo de Rangún y figura de referencia de la Iglesia de Myanmar, reconoció que será difícil que los miembros de esta minoría regresen a su país natal, en el que se les considera inmigrantes ilegales aunque llevan viviendo allí desde hace generaciones. Aseguró que el odio de la mayoría budista hará que los rohinyás permanezcan en Bangladesh. Además, “muchos tampoco quieren volver debido al trauma y a que no se sienten seguros”, explicó Bo a CRUX.

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