Inicia el cardenal Carlos Aguiar su gobierno pastoral en la Arquidiócesis de México

“Soy consciente de la gran responsabilidad”, dijo el nuevo Arzobispo Primado al hacer su Profesión de Fe en la Catedral Metropolitana

Esta mañana, en la Catedral Metropolitana, el cardenal Carlos Aguiar Retes hizo su Profesión de Fe como nuevo Arzobispo Primado de México. Tras escuchar las palabras de bienvenida que le dirigió el ahora arzobispo emérito, cardenal Norberto Rivera Carrera, y los mensajes a nombre de los laicos, ministerio ordenado y vida religiosa, Aguiar Retes pronunció un mensaje en el que reconoció la enorme responsabilidad que la Iglesia le ha encomendado.

Comenzó agradeciendo de manera particular al cardenal Norberto Rivera Carrera, por su labor pastoral, en los últimos 22 años y medio, al frente de Arquidiócesis Primada de México, y dijo sentirse con plena confianza en Dios para iniciar su gobierno pastoral.

Una arquidiócesis compleja

El nuevo Arzobispo Primado afirmó que las problemáticas de alguna manera no le son ajenas, pues desde hace casi 22 años ha vivido en el gran Valle de México, primero como sacerdote en la Universidad Pontificia de México; después como Obispo de Texcoco y como Arzobispo de Tlalnepantla, y ahora como trigésimo quinto sucesor de Fray Juan de Zumárraga.

Explicó: “he vivido aquí en el Valle de México una experiencia muy enriquecedora, he podido conocer y valorar el impacto de esta megalópolis, capital del país, principal modelo y polo de desarrollo y transformación social y cultural. Aquí tienen sede los poderes federales y los medios de comunicación social masiva, que determinan las grandes decisiones del país”.

También recordó que en el Valle de México se encuentran “los principales centros generadores de servicios: educación, cultura, salud, comunicación, economía, etc., y en ella residen los principales empresarios mexicanos y extranjeros con intereses económicos en el país. Además –dijo– la población manifiesta fuertes contrastes sociales y económicos, conserva presencia de origen campesino y provinciano, especialmente en sus sectores populares, donde aún se conservan tradiciones familiares y populares de religiosidad”.

Ante esta realidad, dijo: “Soy consciente de la gran responsabilidad que en este contexto tiene la labor eclesial, que al igual que la ciudad, lo que se haga o se deje de hacer, repercute en el resto del país”; no obstante, consideró que la buena voluntad y la disposición de generar los proyectos para superarlos “harán viables los caminos de reconciliación y justicia que nos conduzcan a la anhelada equidad social, y tenga como fruto la paz y seguridad, para crear un marco de libertad, que permita desarrollar las habilidades y capacidades de los ciudadanos, y así lograr vida digna para todos”.

Iglesia y gobierno por el bien de la sociedad

El cardenal Aguiar explicó que al elegir la fecha del 5 de febrero para su toma de posesión de la Arquidiócesis de México, pensó en la solemnidad de San Felipe de Jesús, patrono de la Arquidiócesis, pero también en la celebración del 101 aniversario de la Constitución de México que rige la vida pública del país. Al dirigirse al Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, quien ocupaba uno de los principales lugares en la Catedral, añadió: “Espero no equivocarme, pero hoy también entra en vigor la primera Constitución que regirá la vida pública de esta gran Ciudad de México”.

Por una parte –precisó el Arzobispo Primado– San Felipe de Jesús me invita a ser generoso y a dar mi vida sin temor, y con plena confianza en la Providencia Divina. Mientras que la dimensión festiva de nuestra Constitución me ofrece poner en práctica, para bien de nuestra sociedad, los derechos humanos universales, y en especial uno de ellos, la libertad de religión o libertad religiosa, que implica la posibilidad de interactuar como Iglesias con todas las instituciones oficiales y privadas para buscar el bien de nuestra sociedad”.

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