Mendoza tiene un nuevo obispo auxiliar: Marcelo Mazzitelli

Se sumará al trabajo que vienen haciendo en esta Iglesia Particular el arzobispo Carlos María Franzini y el auxiliar Dante Braida.

Ayer, los obispos reunidos en la 14° Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina se enteraban de que el papa Francisco sumaba un nombre más a la lista de prelados de su país. Se trata del sacerdote perteneciente al clero de la diócesis de San Isidro (Buenos Aires), Marcelo Mazzitelli.

Nombrado obispo titular de Pauzera y auxiliar de la arquidiócesis de Mendoza, este presbítero está en Roma desempeñándose en la Congregación para el Clero como secretario para los Asuntos de habla hispana de dicho dicasterio.

De esta manera, Mazzitelli acompañará al arzobispo de Mendoza, Carlos María Franzini (quien se recupera lentamente de delicados problemas de salud) junto con el otro obispo auxiliar de Mendoza, Dante Braida.

Hace un año, Mazzitelli recibía a Vida Nueva en Plaza Navona para contarnos acerca de su trayectoria en la formación de sacerdotes y el encargo que había recibido de la Santa Sede que lo llevaba de una vida parroquial (previa experiencia misionera en Cuba), a estudiar la realidad de la formación sacerdotal en América Latina.

En esa oportunidad nos dijo: “Es muy difícil encontrar una vocación sin una referencia, sin un testimonio sacerdotal. Esas referencias son importantes porque significan que quien decide ser sacerdote es porque lo descubrió a través de quien lo vivió”. Convencido de que la esencia de la formación para el presbiterio es dinámica, considera que cuando la formación no se toma integralmente, “se corre el riesgo de mutilar a las personas”. Y asegura: “lo digo como párroco, porque he atendido a jóvenes muy lastimados eclesial y psicológicamente”.

En una procesión en la parroquia Santa Rita de Boulogne.

Con estudios en Agronomía realizados en la Universidad de Buenos Aires, como sacerdote se desempeñó como párroco en distintas parroquias de su diócesis. Entre 1997 y 2003 fue secretario por dos períodos de la Organización de Seminarios de la Argentina (OSAR). Luego, en 2009, fue designado vicepresidente y en 2010 presidente.

Más tarde, fue destinado a la misión diocesana en la parroquia San José, de Holguín, Cuba hasta que en 2012 volvió a su diócesis como párroco de Santa Rita, de Boulogne. En 2015 partió a Roma.

Con este curriculum y luego de escuchar su testimonio como formador, creemos que el Episcopado suma a sus filas a un gran sacerdote, sencillo y humano, formador y testigo.

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