Un cura anti-mafia deja el sacerdocio para presentarse a las elecciones “con sacrificio y valentía”

Franco de Donno, párroco italiano que se ha presentado a las elecciones municipales en Roma noviembre 2017

Franco De Donno ha renunciado al sacerdocio temporalmente para presentarse como candidato a las elecciones del municipio de Ostia (Roma). Bajo una lista cívica, este cura de 71 años busca hacer frente a la mafia de un lugar que hace dos años vio disolverse su ayuntamiento por infiltración mafiosa y, desde entonces, está gestionado por una comisión.

No todos los feligreses han recibido la noticia con agrado. “Al principio muchos se sintieron confusos, pero después la mayoría ha entendido que se trata de un acto de amor por mi parte, con una buena dosis de sacrificio y valentía”, dice el sacerdote en una entrevista a El Mundo. Como el derecho canónico prohíbe a los sacerdotes ejercer cargos políticos, De Donno ha pedido una excedencia a su obispo: “Si gano, continuaré suspendido de mi actividad los próximos años. Después iré al obispo y le diré que estoy disponible para volver. Y él decidirá. Yo sigo sintiéndome cura”.

El territorio, de 200.000 habitantes, es un municipio costero a 20 kilómetros de la capital, donde el sacerdote quiere imponer la legalidad. “Si conseguimos cumplir bien un servicio político, reactivar la actividad de la ciudadanía y del territorio, y acabar con la corrupción, la mafia empezará a perder poder”, dice convencido De Donno, que lleva más de tres décadas luchando contra el crimen organizado. Y recalca: “Es necesario cambiar la mentalidad mafiosa y hacer que la legalidad se convierta en cultura”.

“Estoy feliz por su beatificación”, dice asesino de la hermana Rani

La hermana Rani María, apuñalada hasta la muerte hace 22 años, ha sido beatificada este pasado sábado, 4 de noviembre. De hecho, el Papa ensalzó su vida recordándola ayer durante el rezo del Ángelus. El asesino de la religiosa, de 41 años, que ahora está en libertad, afirma estar feliz por su beatificación.

Samandar Singh, entonces un veinteañero, asesinó a Rani alentado por los jefes del pueblo que querían bloquear la actividad de la hermana en favor de los pobres tribales. El apuñalamiento tuvo lugar en un autobús frente a medio centenar de pasajeros que iban camino de la jungla.

“Lo que sea que pasó ya ha sucedido. Estoy triste y lamento lo que hice. Pero ahora estoy feliz de que el mundo reconozca y honre a la hermana Rani”, dijo su asesino confeso en una entrevista a Catholic New Service. Singh fue condenado a pena de muerte y posteriormente a cadena perpetua, pero el perdón de la familia lo liberó.

Los obispos de Japón lanzan un claro “no” a la guerra

“La paz es el bien más grande y nuestro rechazo a la guerra, a cualquier guerra, es clara y decidida”. De esta manera se expresa el arzobispo de Nagasaki y presidente de la Conferencia Episcopal de Japón, Joseph Mitsuaki Takami, sobre la intención del reelegido presidente del país de cambiar la Constitución para poder entrar en guerra.

El artículo 9 de la Carta Magna, promulgada tras la II Guerra Mundial, impone a la nación la renuncia a la guerra y el mantenimiento de un ejército fijo. Una norma considerada por Shizo Abe como obsoleta y “demasiado pacifista”. Mientras que los obispos dicen que es “un tesoro del que sentirse orgullosos”, según indica La Stampa.

La Iglesia tiene clara su posición, que comparten con el resto de comunidades religiosas de Japón. Un mensaje rotundo contra la aspiración de Abe, elegido por mayoría. “En la crisis en curso en Asia oriental el riesgo es una desenfrenada carrera armamentística, que también nuestro país está alimentando”, detalla el prelado.

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