María Vidal Tinajero: “La formación intercongregacional ya es un hecho”

María Vidal Tinajero, religiosa de los Sagrados Corazones y formadora

La intercongregacionalidad también llega a la formación. Así lo pone de manifiesto María Vidal Tinajero, religiosa de los Sagrados Corazones. La experimentada formadora constata que hay ‘millennials’ que “desde la raíz del Evangelio van entregando su vida”.

PREGUNTA.- ¿Qué retos presenta la formación?

RESPUESTA.- Algunos más globales que marcan el inicio del camino serían cuatro. El primero es la oposición de la familia y lo que vitalmente esto les supone. ¿Cómo ayudar a entender por parte de la familia la elección hecha? Es la pregunta y tarea que los prenovicios traen. Se les hace difícil y doloroso iniciar este camino a la contra. Segundo, que cada uno de ellos se pueda hacer cargo de la propia vida y de su historia. La decisión es suya con Dios. Tercero, la necesaria ruptura cultural que esta opción de vida conlleva para poder acceder a nuevos valores que configuren su vida generando una nueva identidad. Y, por último, presentar el tesoro de la Vida Religiosa de manera que la capten y quieran concretar su respuesta vocacional desde ahí.

P.- ¿Son distintas las vocaciones de los denominados ‘millennials’?

R.- Distintas son las personas y su respuesta a la llamada que Dios les hace, los espacios de encuentro personal con el Señor y el modo de concretar la vida. Con cada generación se abre un reto interesante que nos pone en diálogo constante con el mundo. En mi experiencia me he encontrado con jóvenes buscadores de Dios; jóvenes radicales que desde la raíz del Evangelio van entregando su vida; jóvenes con deseo profundo de vivir en honestidad y hondura su seguimiento en la Vida Religiosa; jóvenes que quieren comprometerse con la realidad sufriente.

Interpostulantados, internoviciados y trabajos conjuntos

P.- Si el número de vocaciones sigue bajando, ¿comenzaremos a ver formaciones intercongregacionales?

R.- Bajen o no los números en las vocaciones, la formación intercongregacional ya es un hecho como modo de ser, estar y servir en la Iglesia. Muchos son los interpostulantados, internoviciados y trabajos conjuntos a nivel de la formación inicial que se están llevando a cabo desde hace mucho tiempo y que amplían las referencias de nuestros formandos; muchos los formadores que nos reunimos para formarnos y contrastar nuestra propia tarea. Vivimos como gran riqueza poder mostrar con naturalidad lo que somos en el seno de la Iglesia: rico mosaico en su diversidad carismática. Apreciamos el valor de la diferencia, nos entendemos como complementarios subrayando más lo que tenemos en común en lugar de trazar fronteras. Espacio común y compartido dónde Jesús nos convoca, así lo viven nuestros formandos. Otros pasos, Dios dirá.

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