Omella reclama “un clima de concordia y una convivencia en paz” para el pueblo de Cataluña

  • El cardenal arzobispo de Barcelona ordena a sus dos obispos auxiliares Sergi Gordo y Antoni Vadell
  • “El Episcopado es un servicio, no un honor”, señala en la homilía a los nuevos prelados

El cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, ordena obispos auxiliares a Sergi Gordo y

La basílica de la Sagrada Familia acogió ayer la ordenación episcopal de los nuevos obispos auxiliares de Barcelona: Sergio Gordo Rodríguez y Antoni Vadell Ferrer. El cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella presidió la eucaristía en la que les confirió la consagración episcopal a estos dos sacerdotes que hasta ahora desempeñaban respectivamente los servicios de canciller-secretario general de Barcelona y vicario de Evangelización de Mallorca. Se trata de la primera vez que el templo ideado por Gaudí acoge una ordenación episcopal.

“Os invito a todos a rezar en esta eucaristía por nuestro pueblo, para que camine en un clima de concordia para hacer realidad una convivencia en paz”. Fue la única referencia del cardenal Omella en su homilía ante la delicada situación que vive Cataluña después de la delicada semana política que se ha vivido en todo el país, tras la aprobación de la convocatoria para el referéndum de autodeterminación del 1 de octubre y la ley de transitoriedad de desconexión del Estado.  El cardenal elevó esta oración ante la mirada, en primera fila, del vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras.

Esta invitación va en la línea de la carta dominical previa a la Diada que se celebra el 11 de septiembre. En ella, Omella expresa que Cataluña “está viviendo un momento delicado por lo hechos acaecidos recientemente y por otros tantos problemas que nos preocupan”. En la misiva pide oraciones “por las personas que tienen la responsabilidad de la tarea pública, de la gestión del bien común y de la convivencia social”. A renglón seguido, recuerda que a “Iglesia quiere estar al servicio de este pueblo y ser, dentro de éste, fermento de justicia, fraternidad y comunión”.

El cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, ordena obispos auxiliares a Sergi Gordo y

La basílica de la Sagrada Familia acoge por primera vez una ordenación episcopal/ESGLESIA BARCELONA

Portadores de misericordia

Más allá de esta referencia ajena a cualquier sesgo político, el purpurado centró las palabras de su homilía a los dos nuevos prelados a quienes recordó que “el Episcopado es el nombre de un servicio, no un honor”. Desde ahí, les invitó a ser portadores de la misericordia ante los barceloneses, “de una manera sencilla para que todos os comprendan”, sabiendo buscar siempre “la palabra oportuna, aunque en ocasiones tenga que pronunciarse inoportunamente”.

En una homilía en la que alternó el castellano y el catalán, Omella se dirigió a los auxiliares que ahora le ayudarán en el pastoreo de la diócesis para agradecerles que “estéis dispuestos a vivir en equipo en el Arzobispado”, con lo que implica todo “el servicio pastoral”, del acompañamiento personal a las catequesis, pasando por el servicio a sus hermanos sacerdotes. Para ello, les instó a llevar a cabo esta misión “con alegría”.



Trabajo en comunidad

Esta llamada a la comunión le llevó a recordar que “en nuestra sociedad, a veces dentro de los presbiterios se da la tentanción de ir cada uno a su aire”. Frente a esto,  invitó a vivir a los nuevos obispos en comunidad, al ejemplo de los discípulos de Jesús. “El Señor no voca, convoca. De ahí que los obispos y pastores estemos llamados a ser instrumentos de comunión y para ello es necesario vivir una espiritualidad de comunión”, subrayó.

El cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, ordena obispos auxiliares a Sergi Gordo y

Omella ordena obispos auxiliares a Sergi Gordo y Antonio Vadell/ESGLESIA BARCELONA

La eucaristía fue concelebrada por una veintena de obispos, entre ellos el nuncio apostólico en España, Renzo Frantini, el presidente de la Conferencia Episcopal y el cardenal arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, así como el cardenal emérito de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, además de Sebastià Taltavull, también obispo auxiliar de Barcelona y actual administrador diocesano de Mallorca, del que se espera  sea nombrado obispo de la diócesis insular por el Papa en breve.

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