Construcción eclesial de paz en perspectiva de derechos humanos

El congreso de los claretianos para reflexionar su misión en lógica de Justicia, Paz e Integridad de la Creación

Este fin de semana se llevó a cabo en Bosa el primer congreso sobre Justicia, Paz e Integridad de la Creación, organizado por los claretianos de Colombia. La actividad contó con la presencia del guatemalteco César Espinosa, encargado de animar esta campo de acción de la pastoral de la congregación en el continente; igualmente, reunió a más de treinta  delegados, provenientes de distintas partes del país.

El evento responde a la coyuntura que significa el inicio de la fase de implementación de los acuerdos a los cuales llegó el Gobierno con las FARC y se preguntó cuál debe ser la contribución de la misión claretiana a una construcción de paz en perspectiva de defensa de los derechos humanos y promoción del cuidado de la Casa Común.

El mensaje ecológico y social del papa Francisco acompañó las reflexiones de estos días. La encíclica Laudato si’ hace parte de los materiales de estudio distribuidos durante las jornadas de análisis. En conversación con Vida Nueva, el padre Henry Ramírez, promotor del evento, señaló que una de las cosas que resulta estimulante del magisterio del actual obispo de Roma es que actualiza el Concilio Vaticano II y permite recuperar las convicciones expresadas por la Iglesia latinoamericana sobre el papel de los cristianos en la lucha por la justicia, la paz y el cuidado de la Creación, desde una preocupación por los pobres, tal como lo planteó la asamblea episcopal de 1968.

Medellín determinó las opciones pastorales de los claretianos en Colombia. Las ideas de Francisco están permitiendo poner de relieve la importancia y necesidad de una experiencia eclesial más dinámica en esa línea. A pocos días de la llegada del Papa, Henry Ramírez celebra el impulso que Bergoglio le está dando a este rostro de la Iglesia, incluso en medio de los conflictos que han surgido. A su parecer, la oposición al Papa en asuntos como su postura frente al calentamiento global o una decidida protección ambiental es una muestra más de que la presencia del Espíritu Santo acompaña su acción.

En un contexto como el colombiano, la congregación tiene clara su forma particular de entender la relación entre fe y política. “Para nosotros no hay dicotomía”, manifiesta Henry: “de hecho, nuestra prácticas de fe tienen que expresarse en prácticas políticas y éstas deben expresar una dimensión de fe; lo que tenemos que fortalecer, sensibilizar y formar es que esa experiencia de fe tiene que estar encarnada en un Dios liberador, que está con los pobres, que cuida la Creación, que está formando”. Desde esta lógica los religiosos consideran que la depredación causada por empresas multinacionales, así como la destrucción de la naturaleza por formas de minería y de explotación petrolera forman parte de los desafíos sociales que retan su acción misionera. “Nuestra expresión de fe tiene que ser una propuesta para la defensa de los territorios, el agua, la diversidad”.

Los anteriores son algunos de los planteamientos puestos en común durante estos días en los cuales también se habló de misión compartida, principios teológicos y fundamentos bíblicos para la misión en perspectiva de Justicia, Paz e Integridad de la Creación. El evento concluyó con propuestas para llevar a las regiones y con la participación en un acto de reconciliación en la Plaza de los mártires.

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