Los cien años de Gerardo Valencia Cano

Se multiplican las actividades de la agenda conmemorativa en homenaje al antiguo obispo de Buenaventura

Con ocasión del centenario del nacimiento de monseñor Gerardo Valencia Cano se han programado diversas actividades a lo largo y ancho del país para actualizar el legado del antiguo obispo de Buenaventura.

Entre los actos conmemorativos cabe resaltar la publicación de su diario personal. El documento, dado a conocer por su sobrina Jenny Valencia, reúne reflexiones pastorales y espirituales escritas por el prelado en atención a acontecimientos como el Concilio Vaticano II y la asamblea del CELAM llevada a cabo en Medellín en 1968.

La Hna. Ayda Orobio, misionera de la Madre Laura, se ha mostrado entusiasta por la agenda preparada para celebrar la efeméride, cuyo acto central será una eucaristía solemne el próximo 26 de agosto en Buenaventura. Recientemente, la religiosa recordó que Gerardo Valencia fue el responsable de la llegada de su congregación a Puerto Merizalde y a la ciudad puerto, cuya Iglesia presidió el obispo entre 1953 y 1972, año de su muerte.

Esta semana se llevó a cabo en Cali un conversatorio en el cual se puso en relación la figura del prelado con el magisterio del papa Francisco.

Llama la atención la similitud de convicciones entre ambos cuando se analizan textos como el siguiente (presentado por monseñor Valencia en el marco de un congreso sobre misiones a inicios de la década de 1970):

“La orden de enseñar como sucesores de los apóstoles nos ha hecho olvidar el verdadero sentido de nuestra acción: ‘hacernos todo con todos’. (…) Si el Verbo, sabiduría de Dios, se anonadó a sí mismo, tomando la forma de siervo, susceptible de ser considerado pecador, y cabecilla de salteadores, ¿cómo es posible que sus discípulos se aboguen el nombre de maestros para enseñar ‘como quien tiene autoridad’ en lugar de alegrarse de ser insultados y perseguidos por su maestro”.

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