Felipe García Prieto: “Los misioneros deben formarse por respeto a la gente”

Felipe García Prieto, hermano de La Salle, administrador de la Escuela de Formación Misionera

En la misión se aprende a creer y confiar en la Providencia. Lo deja claro Felipe García Prieto, hermano de La Salle y administrador de la Escuela de Formación Misionera. Y recalca que “no es algo que esté de moda”. Charlamos con él sobre la necesidad de formación para la misión.

PREGUNTA.- ¿Por qué es necesario formar a los misioneros del mañana?

RESPUESTA.- Hay muchas razones, pero las resumiría en tres. En primer lugar, por respeto hacia la gente a la que queremos ayudar y con la que queremos compartir la Buena Nueva del Evangelio y porque sin querer se pueden hacer muchas tonterías cuando se desconoce la realidad. En segundo lugar, para aprender a vivir con gente de otras culturas y valores. La Escuela, en los tres meses de preparación, ofrece ese marco favorable. Es también un tiempo de reflexión y discernimiento. Y, por último, para que tomemos conciencia de que vamos a dar un poco y a recibir mucho más.

P.- La Escuela ha superado ya el cuarto de siglo. ¿En qué ha cambiado la misión?

R.- El mundo actual ha cambiado totalmente y el de la misión también. El misionero de aquí, cada vez hay menos, va a trabajar de igual a igual con sacerdotes, religiosos, laicos… de los antiguos países de misión. Es uno más, ni el más importante ni el que lo sabe todo, es un hermano entre la gente y ha de ir con mucha humildad. Va a compartir la fe y la vida con otros. Ha de tener un gran respeto por la cultura, la religión y costumbres de la gente con la que va a vivir. Si quiere echar raíces en la misión, la ha de hacer suya y olvidarse un poco de su tierra, sus costumbres y demás. El misionero tendría que ir a donde nadie quiere estar.

P.- Lleváis toda una vida en las periferias. ¿Qué se aprende de los que nacen allí?

R.- A prescindir de muchas cosas superfluas que nos atan y no nos dejan ser libres. Aprendemos a vivir con lo esencial y que la felicidad está en compartir, en preocuparse por los demás, en olvidarte de ti mismo y tus intereses. A valorar la vida sencilla. A no desperdiciar nada. A dar gracias a Dios por la vida y lo que nos ofrece cada día.

P.- Hay más de 13.000 misioneros españoles por el mundo. ¿Está reconocida la labor misionera por la sociedad?

R.- En general sí, incluso admirada, al menos en lo que a la misión humanitaria y el estar al lado de los que más sufren se refiere. Algunas instituciones y personas lo proclaman alto y fuerte y otros lo reconocen en privado y en voz baja.

Noticias relacionadas
Compartir