‘Migraciones, biomas y buen vivir’, tema de la 32ª Semana del Migrante en Brasil

  • Se celebra del 18 al 25 de junio, a instancias del Servicio Pastoral del Migrante de la CNBB
  • Abordarán también la nueva ley de migración del país, recibida con una “mezcla de alegría y frustración”

alfombra gigante de flores en la fiesta Corpus Christi 2017 Brasil

La Iglesia brasileña, a través del Servicio Pastoral del Migrante (SPN) de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB), celebra del 18 al 25 de junio la 32ª Semana del Migrante.

En torno a la temática ‘Migración, biomas y buen vivir’, la propuesta del SPM busca generar “una oportunidad para imaginar otros mundos” –como reza el lema–, haciéndose eco de la Campaña de la Fraternidad 2017, que este año ha destacado la importancia de los biomas brasileños y la defensa de la vida.

De acuerdo con informaciones divulgadas por la CNBB, a través de su web, el objetivo de esta semana es “anunciar, denunciar, reflexionar y construir una nueva relación del ser humano con la Madre Tierra”. Así lo ha explicado el obispo responsable de la Pastoral de los Refugiados de la CNBB, José Luiz Ferreira Salles, de la diócesis de Pesqueira –en el estado de Pernambuco–, al declarar que “queremos celebrar la vida que se resiste a no dejarse matar ni acepta ser destruida por ninguna fuerza que se proclama dueña de su existencia, porque cree que el Dios Creador ya venció y ya declaró su victoria sobre la muerte”.

Para la ocasión, el SPM ha preparado diversos materiales para ayudar a las parroquias y a las comunidades de Brasil a profundizar en la temática propuesta, mediante un texto base, una guía para celebraciones, y una propuesta para círculos bíblicos, entre otros.

“Alegría y frustración” ante la nueva ley de migración

Cabe destacar que la celebración de la 32ª Semana del Migrante no es ajena a la Ley 13.445/2017, sancionada el pasado 24 de mayo, la cual, según el obispo Ferreira Salles, si bien es cierto que ha permitido actualizar los procedimientos relativos a la migración que existían desde el tiempo de la dictadura, “ha causado una mezcla de alegría y frustración entre quienes se movilizaron en torno a su aprobación”, principalmente frente a los vetos del presidente Michel Temer, con relación al texto aprobado por el Congreso, “ignorando las discusiones ocurridas junto con la sociedad civil y cediendo a la presión de los sectores más conservadores del gobierno”.

En efecto, como ha apuntado la Misión Paz de São Paulo –organización vinculada a la Congregación de los Misioneros de San Carlos, más conocidos como ‘scalabrinianos’–, la Ley de Migración sufrió 23 vetos por parte del Presidente de la República, entre los cuales se destacan: la amnistía a migrantes que ingresaron a Brasil sin documentos hasta el 6 de julio de 2016, la revocación de las expulsiones de migrantes decretadas antes de 1988, la libre circulación de los pueblos indígenas entre fronteras en las tierras tradicionalmente ocupadas por ellos y el derecho de los migrantes a ejercer cargo, empleo o función pública y la concesión automática de residencia en el país al ser aprobados en concursos públicos.

Además, también ha sido vetada la definición que considera como grupos vulnerables a quienes solicitan refugio o requieren visado humanitario, lo mismo que las víctimas de tráfico de personas, de trabajo esclavo, y los menores migrantes que no están acompañados.

Con todo, Misión Paz considera que “aunque hayan sido vetados estos puntos importantes, la aprobación de la nueva ley representa un paso importante para el acceso a los derechos sociales y humanos en Brasil”.

Millones de seres humanos excluidos

Para el obispo responsable de la pastoral de los refugiados de la CNBB, es claro que los debates sobre la cuestión migratoria están relacionados con la crisis que concentra las riquezas y genera exclusión: “No es solamente una crisis humanitaria, como sugieren los medios de comunicación, sino una exclusión en masa de millones de seres humanos, anulando derechos y destruyendo el planeta”.

De ahí que la 32ª Semana del Migrante buscará fortalecer procesos para favorecer la disolución de las fronteras y de las barreras de identidad, de cuño xenofóbicas, regionalistas y nacionalistas.

Por el contrario, la Iglesia desea afirmar su misión evangelizadora, profética y misionera en torno a la acogida, el protagonismo y la defensa de los derechos de los migrantes en Brasil.

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