“El diaconado femenino es un eslabón para caminar hacia la igualdad, pero no es el destino”. Es una de las conclusiones de las jornadas ‘Mujer y Diaconado. Sobre los ministerios en la Iglesia’, organizadas por la Asociación de Teólogas Españolas los días 3 y 4 de junio en Madrid.
Aunque no es un tema nuevo en la exégesis bíblica y en la interpretación teológica, dos hechos han vuelto a poner sobre la mesa cuestiones referidas al lugar de las mujeres en la Iglesia: la pregunta que las superioras generales hicieron al Papa en su última Asamblea General y la posterior constitución de una comisión vaticana para la reflexión sobre la posibilidad del diaconado femenino.
“El diaconado femenino es una oportunidad de comenzar a abrir puertas que parecían cerradas para siempre”, comentaron las teólogas. Pero para abrirlas, “se necesitan nuevas llaves”, remarcaron. Y es que no se trata de “repetir los modelos del pasado, hay que abrir nuevas vías de incorporación de las mujeres en la Iglesia”, porque “reivindicar el diaconado femenino no tiene que suponer repetir los roles de género tradicionales, ni convertir la incorporación de las mujeres a los ministerios en una concesión controlada y subsidiaria de los ministerios ejercidos por los varones”. (…)
