“Cuba está esperando cambios. Algunos proceden con mayor velocidad que otros, pero nosotros, los cubanos, sean las que sean nuestras ideas personales, nos damos cuenta de que el pueblo puede vivir en mejores condiciones, espirituales y materiales, y de que las cosas deben cambiar”. Es el sueño que Dionisio García Ibáñez, arzobispo de Santiago de Cuba, expresó al concluir la visita ‘ad limina’.
Los obispos cubanos se reunieron en la tarde de ayer, 4 de mayo, con Francisco. Al salir, en una entrevista a Radio Vaticano, recogida por Vatican Insider, el prelado destacó que después del “deshielo” con Estados Unidos, se han “registrado cambios económicos y sociales. También culturales, sobre todo entre los jóvenes que tienen familiaridad con los medios de comunicación digitales y que tienen otra manera de pensar”.
García Ibáñez ve una “apertura” incluso en el ámbito de la libertad religiosa, en el sentido de que “hay una mayor comprensión sobre lo religioso y, por lo tanto, el pueblo expresa su propia fe. Como pastores, vemos que los cubanos son un pueblo religioso, pero también constatamos que hay poca formación en la fe”. “Para nosotros, los obispos continuó–, es un problema difícil de afrontar. Sin embargo, somos una Iglesia creativa que ha estado cerca de su pueblo y que ahora ofrece testimonio de su fe”.
Un obispo norteamericano abre el congreso de homosexuales católicos
Es franciscano y obispo de Lexington. John Stowe (51 años) abrió el octavo simposio de ‘New Ways Ministry’, celebrado del 28 al 30 de abril. Este grupo apoya a los homosexuales católicos y, por vez primera, ha contado con la presencia de un obispo en su reunión anual.
El franciscano guió la oración que sirvió de punto de partida al encuentro. “Tenía muchas ganas de venir porque llevo muchos años admirando el alcance de este grupo pro LGTBI”, indicó en una entrevista a Nathional Catholic Reporter.
“El trabajo de la Iglesia es llevar el Evangelio a las periferias”, explicó Frank DeBernardo, director del grupo. “Y eso es lo que hace Stowe, Francisco y lo que hizo el propio san Francisco de Asís”, indicó ante las 300 personas que se dieron cita en el evento durante el fin de semana.
El prelado dijo sentirse orgulloso de aquellos que han seguido “una vida de fe en una Iglesia que no siempre les ha dado la bienvenida o los ha valorado”. Por todo ello, comentó que espera y reza “por una cultura del encuentro” para que “podamos llegar a comprometernos con aquellos que quieren vivir la vida católica y que aman a la Iglesia”. Y animó a acoger, porque “corremos el riesgo de contradecirnos a nosotros mismos como institución si no vivimos de acuerdo a nuestra enseñanza, que siempre se ha opuesto a cualquier discriminación”.
Un senador católico estadounidense intenta parar una deportación
Bob Casey ha demostrado compromiso. El pasado 3 de mayo, una mujer hondureña y su hija fueron deportadas de Estados Unidos. Llevaban dos años retenidas en un centro, ya que su solicitud de asilo había sido denegada por la Justicia, pese a que la mujer denunciaba que se enfrentaba a una amenaza de muerte en su país natal.
El demócrata de Pensilvania no tardó en denunciar que la deportación podría “conducir a madre e hija a la muerte”, según recoge America Magazine. Y pidió la intervención del mismísimo Donald Trump. Pero sin éxito. “No entiendo como se puede permanecer en silencio ante el envío de un menor y su madre a una posible muerte”, indicó.
Casey ha criticado al presidente, quien ha dicho mostrar “un gran corazón” cuando se trata de deportaciones de indocumentados que llegaron al país siendo niños. “El destino de la familia quedará en las conciencias de este Gobierno”, sentenció el demócrata.
