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portada Pliego El pontificado de Juan XXIII en la prensa española 3065 enero 2018
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El pontificado de Juan XXIII en la prensa española

“Juan XXIII no era persona grata para el régimen franquista imperante en la España del momento. No sé por qué, nuestros políticos estaban recelosos por su actuación como nuncio en Francia. El mismo cardenal Roncalli diría en una ocasión: ‘Los españoles recelan de quienes somos sus verdaderos amigos’. Cuando el talante claro de este papa entreabrió las ventanas de la Iglesia para que entrase aire puro, según su propia expresión, y, sobre todo, cuando convocó el Concilio, perdió en nuestros ambientes políticos el poco aprecio que se le tenía”.

Así se expresaba el cardenal Vicente Enrique y Tarancón en su obra ‘Confesiones’. Como comprobaremos a lo largo de los cinco años del pontificado del papa Juan, este juicio era certero. El pueblo español fue el que vivió con mayor integridad un cierto espíritu de contrarreforma. No es sorprendente, por lo tanto, que España, en general, a la hora de reformarse de acuerdo con los deseos de Juan XXIII y de su obra, el Concilio Vaticano II, encontrara grandes dificultades. Además, a la conclusión de la Guerra Civil (1936-1939), se había producido una exaltación de lo que se denominó, más adelante, el nacionalcatolicismo, que iba acompañado de una fuerte dosis de conservadurismo. Ello tuvo como consecuencia la implantación de una fuerte censura, especialmente dura con las publicaciones catalanas y vascas que, según los censores, ponían en peligro la “unidad nacional católica”.

Roncalli visitó España en julio de 1954, en viaje privado, invitado por la familia Laboa. En todos los lugares de su peregrinaje fue admirado por su extremada sencillez y bondad. Al regreso de su estancia por tierras españolas, el cardenal Roncalli escribió cartas de agradecimiento a sus anfitriones. Una de ellas, dirigida al ministro de Asuntos Exteriores, señala en un párrafo: “Siempre me será grato volver a España y celebraré animar a mucha gente para que visite su país”.

El hecho cierto, sin embargo, es que, en esta visita de 1954, no conectó con las autoridades políticas, como era de esperar por parte de un régimen nacionalcatólico.

En este contexto, hay que situar el tema de mi exposición. Una censura dura, rígida y arbitraria, por parte gubernamental, no hacía nunca alusiones de simpatía a personas y acontecimientos enfrentados a la orientación nacionalcatólica. Los periódicos, como resulta comprensible, celebraron la elección al papado de Juan XXIII, acaecida el 28 de octubre de 1958. Los editoriales de las publicaciones del momento revelan, sin embargo, un profundo desconocimiento de la persona del papa Roncalli y se limitan a reflejar los tópicos propios del suceso, manteniendo sus opiniones en una cierta ambigüedad.

Las informaciones sobre el Papa continuaron en esta línea –a excepción de la visita a la Plaza de España, para celebrar la solemnidad de la Inmaculada Concepción, y del mensaje de la Navidad– hasta el anuncio del Concilio Vaticano II, el 25 de enero de 1959, en la basílica de San Pablo Extramuros.

En este Pliego, además:

  • San Juan XXIII, la verdadera transición. Por Antonio Pelayo
  • Bergoglio, con cara de Roncalli. Por Darío Menor
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