Cien años con Gloria Fuertes: mujer de verso en pecho y corbata

Conocí a Gloria Fuertes un apacible sábado de octubre de 1995 en su Madrid natal. Ella era la protagonista de una reunión con periodistas y escritores, que culminó con una comida. Como tantos miles de niños y jóvenes de mi tiempo, su figura me era familiar por su poesía infantil y por sus intervenciones en TVE, a la que más tarde el dúo humorista Martes y Trece imitaría en sus mediáticas parodias.

Cuando la escuché hablar en persona, con esa voz única, cazallera e inolvidable, me di cuenta de que Gloria hablaba con rima, o mejor, que escribía como hablaba, que ella era así de natural y espontánea. En ese encuentro creó una atmósfera de calidez y de creatividad que, de alguna manera, me ha seguido acompañando.

Más tarde, me interesé por su poesía para adultos, que es un cántico profético cargado de ternura para nuestro tiempo. Como reconoció Camilo José Cela, “sus versos son desconsolados y atroces, saludables y humanos, mortales de necesidad y amargamente sobrios y juguetones”.

Con motivo del centenario de su nacimiento, el 28 de julio de 2017, nos aproximamos a su obra poética para aprender de su frescura y lenguaje atractivo, punzante, con una lógica diferente, llamativa e inspiradora. Su honda fe en Dios y su mirada hacia los más débiles la convierten en un referente del que podemos obtener pistas para dialogar con tantos de nuestros contemporáneos para los que parece que esa relación ha podido quedar anquilosada o estar aún por estrenar.

Ella misma se definió como “católica e inconformista desde que tengo uso de razón”. Para no aburrir con las citas y hacer más ágil el texto, detallamos las tres grandes obras en las que nos hemos cimentado en este escrito: ‘Obras incompletas’, ‘Historia de Gloria. Amor, humor y desamor’ y ‘Mujer de verso en pecho’.