El nuevo obispo de Santander, sobre las bendiciones a parejas homosexuales: “Son siempre un regalo de Dios”

“Quien bendice es Dios” y “lo que venga de Dios siempre es bueno”, porque Él “siempre quiere el bien para sus hijos”, ha destacado Ros en su primera rueda de prensa al frente de la sede cántabra

Obispo de Santander

El nuevo obispo de Santander, Arturo Ros, ha destacado hoy, a preguntas de los periodistas sobre las bendiciones de parejas del mismo sexo, que “la bendición es un regalo de Dios siempre” y que todo “lo que venga de Dios es bueno”.



En este sentido, ha señalado que estas “circunstancias de reflexión y de mirar al futuro siempre hay que valorarlo positivamente”. “Yo estoy muy tranquilo, no me altera esto”, ha apostillado en su primera rueda de prensa desde que el pasado sábado tomara posesión en la catedral, aunque ha admitido no haber podido leer aún la declaración ‘Fiducia supplicans’ por la que el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, con firma del papa Francisco, legitima estas bendiciones. “Igual es un pecado, pero lo siento”, se ha disculpado, según recoge Europa Press.

Así, Ros ha afirmado que solo ha leído titulares, que como ha evidenciado “son titulares: falta el contexto”, por lo que al no haber leído “ni una frase” siquiera del documento ha declinado dar una “opinión contundente” sobre el contenido del mismo.

“No podemos condicionar la presencia de Dios en la vida de las personas”

Eso sí, ha subrayado que “la bendición es un regalo de Dios siempre” y ha precisado al respecto algo “importante”, aunque quizá no “fácil” de entender, y es que ellos, los curas y obispos, son “mediadores”, por lo que bendicen -que significa decir cosas buenas- en nombre de Dios.

Pero “quien bendice es Dios” y “lo que venga de Dios siempre es bueno” porque Él “siempre quiere el bien para sus hijos”, ha enfatizado Ros, para apostillar que “lo nuestro -una bendición del clero- puede ser limitado, pobre”.

En cualquier caso, ha apuntado que él no hace “ninguna distinción” a la hora de dar la bendición a nadie que se lo solicite y ha recordado que en la Iglesia y en sus celebraciones “entra quien quiere”. “No hay nadie en la puerta pidiendo credenciales de cristianos que cumplen fielmente la doctrina de la Iglesia, porque nos quedaríamos solos”, ha aseverado.

“No podemos condicionar nunca la presencia de Dios en la vida de las personas, sea en modo de bendición o en el modo que sea. ¿Cómo vamos a hacerlo? No tendría sentido”, ha concluido.

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