Editorial

Reforma en la Vida Consagrada: aterrizar la conversión eclesial

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Sin perder tiempo, las reformas en Roma siguen adelante. En ocasiones, se hacen visibles con gestos del Papa que sacuden dentro y fuera de la Iglesia; en otras se traducen en encíclicas y exhortaciones que no se quedan atrás. En lo cotidiano, a través de reformas que afrontan lo croncreto. En unas semanas le toca el turno a la Vida Consagrada, como adelanta Vida Nueva.



El trabajo realizado durante estos años en la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, se traducirá en la aprobación de tres documentos tan apremiantes como necesarios, que fortalecerán, desde la renovación, la misión de estos hombres y mujeres entregados a Cristo en medio del mundo.

El giro dado a este organismo por el prefecto João Braz de Aviz, y con la impronta del secretario José Rodríguez Carballo, ha traducido la fidelidad creativa de este pontificado en respuestas a inquietudes y problemas acuciantes. Así, nacen unos documentos fruto de un diálogo constante con los implicados. Un feedback que, sin duda, hará que las líneas generales que marcan sean acogidas como un medio para dinamizar el ser y hacer de la Vida Consagrada y no como una imposición de obligado cumplimiento sin más.

Solo desde ahí se entienden las líneas orientativas que desde Roma se van a dar a las congregaciones para gestionar sus bienes con el respaldo de una auditoría, para ganar en transparencia económica y clarificar el proceder en situaciones como el cierre y venta de obras.

En esta misma línea, se ha trabajado el texto para las contemplativas, que desarrollará la reciente constitución Vultum Dei quaerere, que incidirá en la necesidad de federar los conventos, asentar la formación y actualizar el concepto de clausura.

Por último, Roma se adentra en una realidad creciente –las vírgenes consagradas– que, hasta ahora, no contaba con más directrices que las de cada obispo, una carencia que quedará resuelta con una instrucción que busca poner orden sobre esta vocación ofreciendo criterios de discernimiento y de su forma de vida.

Así pues, la conversión que propone Francisco para la Iglesia no se detiene a la espera de la constitución que sustituya a Pastor Bonus. Más bien, la aprobación de este texto legislativo ha de empaparse de la transición que parece tomar forma en este cuarto año de pontificado. Sin embargo, de nada servirá que desde Roma se promueva esta transformación sin una verdadera metamorfosis en quienes tienen en sus manos aterrizarla en el día a día. La Vida Consagrada siempre ha mostrado su docilidad para adaptarse a los signos de los tiempos. Ahora no será menos.

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