Editorial

El mosaico quebrado de Rupnik

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La Compañía de Jesús ha reformulado su posición con respecto a Marko Rupnik, el conocido religioso que actualizó el arte del mosaico hasta el punto de revestir algunos de los espacios más relevantes del orbe católico. Tras recibir nuevas denuncias de abusos, el responsable directo del jesuita esloveno le ha prohibido, junto a otras restricciones, “cualquier ejercicio artístico público”.



Lamentablemente, los tres meses transcurridos desde que trascendiera el caso a la opinión pública han dado alas a cierta confusión intraeclesial, hasta el punto de revictimizar a las denunciantes, desconfiando tanto de ellas como de los minuciosos informes elaborados por los investigadores independientes. Tal es así que, incluso, se ha llegado a utilizar una doble vara de medir, justificando sus agresiones al disociar al genio creativo del depredador sexual. No en vano, tanto dentro como fuera de la Iglesia, cuesta asimilar que tras una personalidad carismática puede esconderse un depredador sexual.

Bienvenido sea este nuevo examen de conciencia con propósito de enmienda, que supone una victoria a favor de la verdad, la honestidad y la transparencia frente al mosaico quebrado del corporativismo clerical.

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