Editorial

El debate educativo de fondo que no llega

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En plena gresca parlamentaria por la reforma educativa de la ministra Celaá, que pone en tela de juicio a la escuela concertada y a la asignatura de Religión, la Fundación SM y la Universidad Pontificia Comillas han celebrado la jornada sobre ‘Libertad y Enseñanza Religiosas’, en los 40 años de los Acuerdos Iglesia-Estado.

Y aunque se aterrizó en el debate vigente sobre la pertinencia de actualizar los acuerdos con la Santa Sede y se analizó si la Religión debe ser o no computable para la selectividad, el foro fue más allá y ahondó en la necesidad de apreciar el hecho religioso como un factor cultural indispensable para garantizar un aprendizaje integral para el alumno y construir una sociedad cohesionada y plural.

Así, el secretario de la Congregación para la Educación Católica, Angelo Vicenzo Zani, reivindicó la necesidad de un pacto global para hacer posible una revolución cultural. Lamentablemente, la cortedad de miras de la clase política hace hoy inviable este desafío. Solo cuando se apueste por una reforma educativa inclusiva, con un humanismo solidario como motor del cambio, se superará la batalla partidista y se reconocerá sin prejuicios la aportación de la fe a la educación.

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