José Beltrán, director de Vida Nueva
Director de Vida Nueva

En tiempo de melón, más corto el sermón


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JUEVES 7.Dos Nobel en una misma mesa. Para denunciar la explotación laboral del futuro Mundial de Qatar 2022. Me impresiona ver a Lech Walesa. La rotundidad de sus enunciados. “Juan Pablo II tenía la misión de acabar con la división del mundo en dos bloques. Wojtyla nos dio la palabra y nosotros le dimos forma para eliminar el comunismo, frenar la amenaza nuclear y derribar fronteras. Para este nuevo tiempo nos hace falta un papa distinto, como Francisco, que está limpiando la Iglesia, incluidos a los que se dicen maestros de la religión”.

VIERNES 8. Boda en Toledo. El GPS marea. Me envía al cigarral de la celebración, pero por la puerta de atrás, después de subir una colina para pocas bromas en día de lluvia. Veo el edificio, la valla. Pero no puedo acceder al destino. La impotencia de alcanzar la meta y tener que retroceder. Camino de vuelta. Uno elige si con resignación o con el deseo de coronar la cumbre por otro lado.

SÁBADO 9. Primera semana del presidente Sánchez. Atrás queda el juramento sin Biblia ni crucifijo en Zarzuela. Ni una voz altisonante en la Iglesia. Normalidad ante el gesto de coherencia. Me tranquiliza. Mucho.

DOMINGO 10. Eucaristía en la parroquia de Nuestra Señora de la Paz. Desde el ambón se recuerda el dicho popular: “En tiempo de melón, más corto el sermón”. El sacerdote interpela si el problema son las homilías largas y aburridas o es la pasividad de los que están enfrente. No le falta razón. Pero añado otra variable: la liturgia inasequible para muchos.

LUNES 11. Presentación del informe sobre profesorado ‘Competencias en Iberoamérica: Análisis de PISA y TALIS’, avalado por la Fundación SM. Al micrófono, el director de Educación y Competencias de la OCDE, Andreas Schleicher. No hay fórmulas mágicas para frenar la desigualdad a través de la educación. No resulta determinante el sueldo del docente ni el número de alumnos por aula. Pero sí la motivación: “Si el director está verdaderamente comprometido con la formación y motivación de sus profesores, mejorará su implicación en el aula”. Que se lo digan a tantos fundadores, que han sabido contagiar esa pasión por educar a sus religiosos, a sus maestros. Y, de ahí, a chavales que, de otra manera, se habrían quedado atrapados en algún que otro pozo. Y no solo el del absentismo.

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