En un tiempo de ruido e inmediatez, ‘Adolescence’ (Netflix) abre un espacio incómodo y necesario para mirar de frente la etapa en que todo se tambalea. No es solo trama: interpela a familias, escuela y comunidad cristiana, y nos empuja de la queja a la responsabilidad adulta. Más que condena, propone conversación y criterios: ¿escuchamos de verdad a nuestros adolescentes?, ¿entendemos su mundo exterior e interior? Nuestra respuesta puede convertir el desconcierto en cuidado y la fragilidad en promesa
Pedro es un niño de 9 años que vive en una favela de una ciudad de Brasil. Va todos los días al colegio y a un centro social y educativo católico. Es un niño inteligente, curioso y vivo que, quizás por …