Dentro de una semana, el próximo sábado 20 de julio, el Vaticano abrirá dos osarios del cementerio alemán dentro de la búsqueda de los restos de Emmanuela Orlandi, la hija de un funcionario de la Santa Sede desaparecida hace 36 años.
¿El motivo? Según ha informado la oficina de prensa de la Santa Sede. Se cree que los restos de las tumbas de las dos princesas alemanas exploradas el pasado jueves y que estaban vacías pudieron ser trasladados a estos osarios ubicados en el suelo del edificio adyacente tras una reforma que tuvo lugar en los años 60.
En la apertura de estos osarios participarán la autoridad judicial, los peritos, los abogados y la familia Orlandi. Este nuevo intento busca responder a la petición de la familia Orlandi al Vaticano, que solicitó la apertura de la llamada Tumba del Ángel, después de recibir una misiva anónima con la foto de la sepultura y un mensaje: “Busque donde indica el ángel”.
Varias líneas abiertas
Emanuela Orlandi tenía 15 años cuando el 22 de junio de 1983 desapareció sin dejar rastro a la salida de una clase de música en la Plaza de San Apolinar, en el centro de Roma. Algunas hipótesis que no llegaron a ser confirmadas por la Justicia italiana apuntaban a que la joven podía haber sido secuestrada por un grupo extremista turco para pedir la liberación de Ali Agca, el terrorista encarcelado entonces por haber atentado contra el papa Juan Pablo II en 1981.
Otras teorías sugerían que Orlandi fue víctima de una red pedófila detrás de la cual se encontrarían altos cargos de la Iglesia. La Fiscalía de Roma investigó también la presunta relación del caso con la Banda de la Magliana, la organización criminal que sembró el terror en la capital italiana durante los años del plomo.
